La gran dictadura de nuestros tiempos, Burocracia,
reinará hasta el 2237, así como los estados policiales (en dos niveles, una
policía del mundo como Estados Unidos y el dominio violento sobre una
ciudadanía sin armas).
La Burocracia (llamémosla “B”) es
la práctica de generar reglas inviolables, rígidas e infinitas forzando la
infinita variedad de la inteligencia, la experiencia y la circunstancia de los
hombres en un laberinto incomprensible, así como se fuerza a la carne en una
máquina de hacer chorizos. A veces B tiene buenas intenciones, es benevolente,
en un intento de ordenar la sociedad para que podamos vivir de acuerdo con
reglas estables y predecibles que trata a todos por igual. Pero,
lamentablemente, B es también el instrumento de los control freaks.
El funcionario público o el
subgerente de banco, a quienes, de pronto, no les gusta alguien, pueden muy
fácilmente construir altas paredes contra ese individuo. Siempre les digo a mis
clientes que los bancos (et alter) son siempre algo personal, que te da la
mejor posibilidad de triunfar, por ejemplo, a través del encanto. Noten aquí la
pista de la propia vulnerabilidad de B.
La discriminación de B siempre
tiene lugar a nivel macro. B está amenazada por, y generalmente intenta
destruir, lo nuevo, lo inusual y, principalmente, el gran enemigo: el genio.
(“Genio” proviene de una raíz romana que significa “semilla”). En las
escuelas primarias entre los setenta del siglo XX y los diez del XXI, el genio
natural de los niños ha venido siendo uniformemente suprimido por los maestros,
quienes favorecieron a las niñas por dos razones simples: 1) son más fáciles de
controlar; 2) la mayoría de los educadores eran mujeres y reflejaron la
rebelión feminista que surgió después de los sesenta. (No quiere decir que
hubiera sido mejor bajo el dominio masculino —en los sesenta fui amenazado con
expulsión por haber corregido a mi maestro de gramática. Tampoco fui rebelde ni
valiente, me pasaba las tardes llorando en la sala de espera del Director).
Así como el patriotismo es el
último refugio de los mentirosos, así la enseñanza académica es la máscara de
los burócratas. Aquellos educadores elevaron B a una filosofía, a una extraña
capacidad contra la cual el padre promedio no era de ninguna ayuda. Estas
falsas concepciones llevaron a grandes mentiras, como esta, reciente y bastante
frecuente: “las niñas aprenden mejor que los niños”. Estas mentiras destruyen
lentamente a la sociedad. Aun peor, cultivan la pasividad, como aquella que
Bush desplegó cuando Katrina devastó Nueva Orleans.
B es necesaria para el progreso
de la humanidad, pero puede ser cruel, inflexible e insensible. Debe haber una
“Segunda Ley” de B, como hay para los robots, y esta ley debería decir: “Las
excepciones son valiosas”. O algo así. Es importante establecer esta ley de
aquí a 2025, porque tanto B como la la confección de “políticas pesadas” serán
poderosas en esta fase y muy capaces de establecer estructuras cada vez más
fuertes.
Tim Stephens
1 comment:
recién lo veo,
sorprendente todo:
la composición, el sonido del cello (debe ser el mejor cello del planeta), la precisión de la orquesta.
Lo que mas me atrae del Shosta es la claridad de ideas sonoro-musicales,
Justo en estos días que anduve pensando en la forma de explicar los conceptos de tejido musical.
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