Thursday, March 14, 2013

B


La gran dictadura de nuestros tiempos, Burocracia, reinará hasta el 2237, así como los estados policiales (en dos niveles, una policía del mundo como Estados Unidos y el dominio violento sobre una ciudadanía sin armas).
La Burocracia (llamémosla “B”) es la práctica de generar reglas inviolables, rígidas e infinitas forzando la infinita variedad de la inteligencia, la experiencia y la circunstancia de los hombres en un laberinto incomprensible, así como se fuerza a la carne en una máquina de hacer chorizos. A veces B tiene buenas intenciones, es benevolente, en un intento de ordenar la sociedad para que podamos vivir de acuerdo con reglas estables y predecibles que trata a todos por igual. Pero, lamentablemente, B es también el instrumento de los control freaks.

El funcionario público o el subgerente de banco, a quienes, de pronto, no les gusta alguien, pueden muy fácilmente construir altas paredes contra ese individuo. Siempre les digo a mis clientes que los bancos (et alter) son siempre algo personal, que te da la mejor posibilidad de triunfar, por ejemplo, a través del encanto. Noten aquí la pista de la propia vulnerabilidad de B.

La discriminación de B siempre tiene lugar a nivel macro. B está amenazada por, y generalmente intenta destruir, lo nuevo, lo inusual y, principalmente, el gran enemigo: el genio. (“Genio” proviene de una raíz romana  que significa “semilla”). En las escuelas primarias entre los setenta del siglo XX y los diez del XXI, el genio natural de los niños ha venido siendo uniformemente suprimido por los maestros, quienes favorecieron a las niñas por dos razones simples: 1) son más fáciles de controlar; 2) la mayoría de los educadores eran mujeres y reflejaron la rebelión feminista que surgió después de los sesenta. (No quiere decir que hubiera sido mejor bajo el dominio masculino —en los sesenta fui amenazado con expulsión por haber corregido a mi maestro de gramática. Tampoco fui rebelde ni valiente, me pasaba las tardes llorando en la sala de espera del Director).
Así como el patriotismo es el último refugio de los mentirosos, así la enseñanza académica es la máscara de los burócratas. Aquellos educadores elevaron B a una filosofía, a una extraña capacidad contra la cual el padre promedio no era de ninguna ayuda. Estas falsas concepciones llevaron a grandes mentiras, como esta, reciente y bastante frecuente: “las niñas aprenden mejor que los niños”. Estas mentiras destruyen lentamente a la sociedad. Aun peor, cultivan la pasividad, como aquella que Bush desplegó cuando Katrina devastó Nueva Orleans.

B es necesaria para el progreso de la humanidad, pero puede ser cruel, inflexible e insensible. Debe haber una “Segunda Ley” de B, como hay para los robots, y esta ley debería decir: “Las excepciones son valiosas”. O algo así. Es importante establecer esta ley de aquí a 2025, porque tanto B como la la confección de “políticas pesadas” serán poderosas en esta fase y muy capaces de establecer estructuras cada vez más fuertes.

Tim Stephens 



1 comment:

fragson said...

recién lo veo,
sorprendente todo:
la composición, el sonido del cello (debe ser el mejor cello del planeta), la precisión de la orquesta.

Lo que mas me atrae del Shosta es la claridad de ideas sonoro-musicales,
Justo en estos días que anduve pensando en la forma de explicar los conceptos de tejido musical.