Sunday, December 27, 2009

Ruina modernista

Imposible resistir
el cuento de la ruina
pues como el árabe lo sabe
el contar y la ruina
son una palabra sola.

Yo era joven y ardía, deambulaba
entre los bares y las camas y hablaba
por teléfono, largamente, me acostaba
con todas las que podía, que eran muchas,
todas distintas y todas iguales.

Una madrugada la encontré: yo volvía
fresco de una orgía melancólica
y ella bebía sentada pacientemente
en un zaguán una cerveza de a litro
blanda y prolijamente mientras miraba.

Mentalmente la llamé
(como mi nombre es Jano)
Juno.

Juntos tuvimos un algo pitagórico
que nos volvió durante un tiempo
uno.

...

Volví a verla en una conferencia.

Hablaban de autopistas
y ciudades visionarias para ancianos
en algún lugar de Punta Yeguas
los croquis eran imprecisos.

Ella repartía canapés y me traía
repetidas copas de champaña que bebimos
entre risas y miradas envidiosas.
La música era adecuada.

(Me dijo que tenía un teléfono blanco
con un cable blanco, que adoraba).

Nos vimos una noche, luego dos y tres,
cinco seguidas, apenas comíamos, bebíamos agua.

Todo había empezado así:
desnudela
se sentó sobre mí
como una niña y se pintó
el cuerpo con tinta roja.

¡Cuántos besos te di!
¡Cuántos besos te daría!

En aquel tiempo debí cruzar
a Buenos Aires, otra conferencia:
presentaban el disco “Bocanada”
que tanto impresionó mi juventud.

Y cité por muchos días los versos del poeta.
Y canté las melodías por semanas
Iluminándome
el artista
el alma.

Pero un día escuchaba distraído
y reparé de súbito en un verso
preciso e indelebilidísimo
y supe que alguien moría
y esto se repitió tres veces.

Tres veces escuché el verso
tres veces murió alguien:
un amigo del que ya nada sabía
un familiar enfermo
un lejano conocido.

(Si escuché dos veces más
fue porque no lo creí.
¿Presentía o producía?)

Luego olvidé.

...

La luna caía entre edificios
bien encima de la calle.
El mirador de enfrente
se azulaba cada tarde
de primordiales sombras delicuescentes.
El faro de la aduana
se instalaba en ti.

...

Una tarde no muy tarde
descubriste a la ligera
“Bocanada”.

Vi tus ojos encenderse
de amarillo y verde
como anisadamente.
Quise detenerte
pero... ¡no sé!
confié en el azar
que hasta entonces creía sutil y delicado:
tu piel blanca iridiscente, tus cejas
como pájaros negros remontando.

Y entonces escuchaste el verso
Y tres veces murió alguien:
un conocido lejano
un amigo de quien nada sabías
un familiar enfermo.

¡Ah, tus ojeras dilatáronse
en la misma faz del crepúsculo!
¡Y yo navegué en la arruga de tu frente
en espasmos que acompasaban torpemente
tus palpitaciones, en una melancolía
como impávida, casi eucarística!

Luego vino un temporal.
Luego sangraron los días.

Cierta mañana te sorprendí
escuchando una música africana
y al anochecer partiste arrebujada
por los densos vapores de tu buque.

Cruzaste dos mares
y adivinaste el futuro.
Pero no contabas historias.

Pasado el tiempo, recibí una carta pavorosa
escrita de tu mano, que adivinaba
finamente obscurecida
donde, al final, transcribías:

“¡Oh Sumo Genio de las cosas!
Todo tenía un canto, una sonrisa, un modo...
Un rapto azul de amor, o Dios, quién sabe,

Nos sumó a modo de una doble ola,
Y en forma de ‘uno’, en una sombra sola,
Los dos crecimos en la noche grave...”

--

foto: frontón de edificio en Gonzalo Ramírez y Lorenzo Carnelli.

Friday, December 25, 2009

Wednesday, December 16, 2009

felicidades


En sus "Estudios sobre la fenomenología del amor y el desamor"el filósofo contemporáneo y poeta romántico austríaco (actualmente disfrutando de una década sabática en el Rio de la Plata, más presisamente en Tacuarembó) Walrrus Vonhoeffer, propone una serie de observaciones sistematizadas y afirmaciones que, sin constituir un cuerpo teórico sólido o blindado, son estimulantes y provocativas al ingenio del lector atento. Sobre todo si se leen a la sombra de un árbol en un día tibio, disfrutando de una bebida inspiradora o recibiendo las gracias de la buena compañia, cerca de una playa de Maldonado o Rocha durante una siesta estival.

Sin embargo, han surgido voces críticas, aunque tampoco del todo lúcidas, como la de Luvdwig Antofagasta, quien ha sostenido temerariamente que esta obra es nada mas (y nada menos) que un refrito del famoso ensayo "Ars Amandi" del agraciado poeta romano Ovidio. Afirmación que pudiera tener algun viso o alguna conexión con la realidad si no fuera por el hecho de que el bueno de Walrrus no conoce a Ovidio o a su obra. Y su nombre le provoca unos accesos de hilaridad tales, que no puede evitar que el torrente de una estentórea carcajada le sacuda desde la punta del pelo a la de los pies, cada vez que lo oye. "No puedo plagiar a alguien, de quien no puedo evitar reírme durante horas, cuando escucho su nombre" ha sostenido con sorna en una entrevista reciente, luego de una larga internación debida a los problemas cardíacos provocados por aquellos inconmensurables accesos.
No ha dudado este fértil pensador (con mas de 23 hijos con las seis mujeres que se le conocen), en parafrasear al gran músico y poeta criollo Atahualpa Yupanqui, para transmitir sus conceptos."Las minas y las poesías se van por la misma senda" ha dicho: "Las minas no son de nosotros, las poesías son ajenas", para horror dela ortodoxia criollista rioplatense.

"Mis tesis son oblongas" ha dicho Walrrus, y efectivamente son más largas que anchas (dos veces y media), "aunque no infundibuliformes, porque no engañan". Estas palabras, debo decir, están llenas de sentido común y de cierta idiotez. En lo personal estoy convencido de que lo infundibuliforme no necesariamente engaña, pero entiendo que sea opinable.

"El desamor es una porquería", es una de las frases mas logradas de la obra, desde el punto de vista conceptual y estético. Transmite una vibración pocas veces lograda en libros de este género.

"El amor es una suerte de histeria mezclada con dependencia psíquica y hasta física, debería tratarse como cualquier adicción." Esta frase resume el original y corajudo tino de Walrrus con acierto.

Haciendo un raconto esquemático sus tesis podrían resumirse en:

1) La cultura ha generado la idea de la "Felicidad", que es a todas luces una aspiración (o peor una abstracción) inútil o por lo menos errónea.

2) Un camino necesario para alcanzar Felicidad es el Amor -es significativo que dedique Walrrus 67 páginas a discutir la existencia de un amor "eros" y otro "ágape"(genérico, fraternal), asi como al monstruoso "thanatos"(pulsión de muerte o destrucción o vuelta a la nada), polemizando con el propio Pablo de Tarso o San Pablo y hasta con Sigmund Freud, entre otros fecundos pensadores . Más significativo es aún que parte de este texto se halle tachado o con anotaciones manuscritas al costado del tipo: "que estupidez", "debí estar loco cuando escribí esto", etc.

3) Las relaciones humanas se sobrecargan (o recalientan) de significado y expectativas detrás del Amor (y ya aquí esta hablando de las tormentosas aguas de Eros, según entendemos, habiendo descartado cualquier otra disquisición al respecto de las acepciones) y la Felicidad. La foto de una orgía luego de las 48 páginas dedicadas a esto, acentúan el hecho del recalentamiento o sobrecarga.

4) La esquizofrenia y la depresión se hacen una fiesta en las almas arrasadas por los cortocircuitos y fracasos de todo el sistema afectivo, psíquico y la propia alma; generados a partir de lo planteado en el punto 3.

5) El desamor es una porquería, mucho más cuando es el plato que viene inmediatamente al amor -y adviene en invierno, en circunstancias de desempleo, enfermedad y/o hambre.

6) Ocuparse de algo como la botánica, el crochet o la mecánica de las naves espaciales es la mejor forma de alejar las hieles del desamor. También pueden servir las bebidas alcohólicas, las sustancias estimulantes del sistema nervioso central, el onanismo y/o el trato frecuente con putas.

Estos pensamientos mezclados con diversas bromas sobre filósofos, teólogos, fiolos y ministros de cultura; más fotografías pornográficas y cuadros del Bosco, hacen de la obra algo disfrutable y de muy ágil lectura, a pesar de sus 985 páginas.
Final y sospechosamente no deja de dar vueltas en mi cabeza algo que el libro sugiere, pero no explicita, y que un amigo -Ingeniero Agrónomo de gran sabiduría- me dijera:
"La felicidad no es una meta, no es una aspiración, es una forma de hacer el camino, de caminar".


ficha fotográfica:

Portada: "sirenas formando útero" (idea de Wonder), sobre fondo marino de algas fálicas. Barrio: La Teja, Calle Dr. Pedro Celestino Bauzá esquina Luis de la Peña. Jueves pasado.

foto post arriba: sin nombre, muro de bloques blanqueado a la cal, pintado con aerógrafo, sobre fondo de Casona. Barrio: Sayago, Calle Av. Sayago casi Aparicio Saravia, (cuando cambia a Shakespeare). Primavera.

foto post abajo: "mariposa-cartoon", "reja" de una hermosa ventana; es un bicho con alas de pescado, mirando hacia atras, mostrando el trasero. Barrio y ubicación: a 10 metros de la portada, hacia el arroyo Miguelete. Jueves pasado.

Saturday, December 5, 2009

lo que ocurría aquellos días

Este posteo esta integrado por el pequeño poema o escritura vertical que inicia
y luego la saga completa (escrita hasta ahora) de El Aliado, a los efectos de realizar el contrapunto con el video que se cuelga en breve.



Panteon de sueños

Ciudad bastarda

ya nadie te canta

dulce panteon de sueños

macachines dulces crecen en tu abandono.



Los caminantes miramos asombrados

tanta pasión

tanto desquicio

tantas lágrimas y trabajos tallados en tus paredes.



Los que cantamos tu muerte

los que velamos tus restos en silencio

queremos sentir tu garra

aprentando la garganta

desmintiendo nuestra letanía.



Buscamos culpables,

necesitamos culpables,

entonces invocamos a los espíritus

y danzamos a Ogúm o a Iemanjá

a San Felipe y Santiago

ofrecemos sacrificios innobles

lloramos Jesus te ama.


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El Aliado I

El sol no brilla en Precariópolis quizá no vuelva a ocurrir. La criatura asoma su fétida cabeza de espanto desde las hondas carnes de la tierra a la superficie no menos corrupta, tirando dos araucarias gigantescas*, antes de terminar de sacar sus hombros afuera. Su profunda queja ensordece las almas atribuladas de niños y mujeres que pasean, bah ya corren, con el corazón en la boca y la boca ahogada por la angustia y el grito, en el parque. Un mendigo, un desterrado, un sucio y meado mira mientras arma su cigarrillo y murmura: El Aliado

El Aliado II

El Aliado caminaba lentamente manteniéndose x momentos casi totalmente afuera de la superficie y por momentos hundido en la tierra hasta quedar solo con la cabeza afuera de las calles, avenidas y plazas de Precariópolis**. Por donde pasaba quedaba el rastro de humores fétidos, pero también se desprendían cosas de su cabellera, (formada x largas tiras o cintas o cilindros flexibles como masas de jugar, de colores verdes tornasolados o negros) al tocar el piso esas masas viscosas devenían en niños la mayoría de las veces, también en perros o en gaviotas. Los niños eran tomados inmediatamente por las mujeres jóvenes que eran parte de la multitud que poco a poco comenzó a seguirlo. Digamos que la mayoría huían aterrorizados por su figura, por sus aromas de ultratumba o por los alaridos que lanzaba de vez en cuando hacia los cielos de plomo, como exigiéndole a Dios o al universo en un angustioso y exiguo discurso. Entonces, los que le seguían eran la escoria, los que no tenían otra cosa que seguir y menos una esperanza o una utopía. Eran las víctimas de las utopías. Las lágrimas de El Aliado eran casi permanentes y al mojar la tierra, el pasto se volvía algo más verde y la tierra se aliviaba. Y el alivio llegaba también para las personas que se mojaban. Los niños se divertían bajo esa lluvia de pesadas lágrimas saladas y su alegría se volvía más contagiosa. Sin embargo yo, siendo parte de esa multitud, sentía cierta ajenidad, molesta, como si hubiera algo que me inquietara y no pudiera disfrutar del todo de la alegría de esos niños y de esa conmoción absoluta que se desplazaba por las calles. Porque no tenía la certeza de que todos estuviéramos experimentando lo mismo y por otra cosa … Y entonces esa espina se fue materializando en una pregunta por negación, por absurdo. Si estábamos con El Aliado, ¿habría un otro, El Adversario?

El Aliado III

Oh, San Felipe y Santiago luego Muy Fiel y Reconquistadora ahora Precariópolis al pie del Monte (que te entregó su nombre). Perla del Finisterre, atalaya de Sansueña, nunca jamás del Nunca Jamás. Conmovida estas en tu decadente inquietud. Tus poetas casi han muerto, tus cantores están mudos, tus muchachas ya no ríen. Sólo el sordo volar de la bolsa, el loco viaje del nylon, el canto de algún gorrión se yerguen sobre los edificios que has parido para tu vanagloria. Y las copas altas de tus árboles te ocultan un poco tus propias heridas tus propias escaras de la quietud mortal.
Conmovida estás por los afanosos pasos de este príncipe que te recorre inquieto. Ángel informe de oscuro semblante (como todo hijo de la tierra), porte nauseabundo e inabarcable y luz en los ojos para que los sometidos vean.
que quedará de tí!! que será de nosotros!!

El Aliado IV

La furia de El Aliado era devastadora toda Retrocedonia temblaba. Su melena se sacudía a un lado y otro con violencia golpeando con fuerza en el tajo***, con lo que fuera. Tomó primero la torre vidriada**** y la hendió como una daga.
Y la sostuvo como hacen los que carnean las ovejas (dejando un ratito el cuchillo en la yugular, sintiendo el temblor, el vacilar de la vida comenzar por la punta y en el desliz del filo y de la lana que se tiñe de rojo y se traslada al cabo, a la mano al cuerpo y al alma mientras la pata loca se sacude aferrándose al aire desesperado.
Con un carguero gigantesco tiró la puerta de la muralla y los edificios que daban a la plaza, volaban palmeras y voló finalmente el Salvo (aún se pueden ver los cuatro reactores y la punta de la nave en la isla de Flores)*****. El agua de la bahía le daba a la cintura.
Finalmente con sus manos separó la vieja ciudad****** del continente tomándola por la grieta cavada en el tajo en medio de las olas gigantescas y una tormenta de sonido ensordecedora salía de la boca oscura, aterradora y la sangre de sus manos tiñó el río y entró por los arroyos y coaguló en las playas
Avanzó sobre la vieja estación en ruinas******* y comenzó a golpear con el puño la gran torta de merengue******** en medio del vacío de la muerte y de la velocidad de la depravada avenida y caían las piedras blancas y los ornamentos mientras golpeaba como un martillo hasta que cayeron sus manos astilladas entre las piedras
Como un boxeador anonadado miró sus muñones que chorreaban, más que chorreaban se derretían como barro que se va licuando y sus gotas oscuras en el agua se volvían peces.
Otra vez miró al cielo, clamando y alejándose de la ciudad y todos (los que quedábamos) mirábamos aterrados desde la ladera del cerro.
De pronto se volvió y se lanzo abrazándolo todo.
Encendiéndose en una luz verde intensa que antes de que tocara los edificios, las construcciones cuando aún estaba suspendido en el aire tornóse púrpura y luego se expandió como un torrente iridiscente por las calles hasta el último rincón de la bella Italia de la villa de los dolores, del nuevo parís del bel vedere de la punta de rieles (con sus calles de constelaciones) y del paso del molino y, en fin, de toda Retrocedonia. y todo tomó un color tan intenso tan luminoso que nos encegueció. Como mirar el sol.

*ocurre en el Parque de los Aliados

**por la calle Centenario desde el Estadio Centenario rumbo al hipódromo de Maroñas

***Calle Juncal desde la Rambla sur a la Rambla Portuaria, tiene como eje la puerta de la Ciudadela.

****Torre de Antel, obturación de vidrio y fierro a la Estacion Central de Ferrocarriles de Montevideo.

*****Palacio Salvo, frente a la Plaza Independencia, edificio emblema del delirio.

******Ciudad Vieja, lugar donde se instaló la plaza fuerte, zona antigua y sepada de la ciudad por el tajo (que ocuparia la muralla)

*******Estación Central de Ferrocarriles de Montevideo.

********Torta de merengue: Palacio Legislativo