Huele a Plumas quemadas a nuestras espaldas
regadas en esta tierra hermosa
como caducas promesas
rezando al vacío atardecer del Río
nuestros cantos de placer
o plegarias de dolor.
Oleadas de sangre alegre
corren contra el cordón
el ritmo, efimero, fugaz, filoso misterio
peligrosa carrera de la guillotina
urdimos
ardimos
Daddy Daddy. It was just like you said Now that the living outnumber the dead. Where I come from it's a long thin thread Across an ocean. Down a river of red. Now that the living outnumber the dead. I'm one of many. Daddy Daddy. It was just like you said Now that the living outnumber the dead. Speak my language. Hello. Hello. Here come the quick. There go the dead. here they come. Bright red. Speak my language.
Soy
la guillotina de Bataille, la que separa, la que no necesita entender, la
prolija y la honesta, la que corta sin destruir, la que corta para nacer, la
que no vuelve atrás. Soy la guillotina de Georges Bataille. Soy la guillotina
de Nietzsche. Soy la guillotina del Marqués de Sade, de Baudelaire, de Kafka, de
todos los culpables. Soy la guillotina de Georges Bataille, el que abandonó a
su padre, ciego inválido en el bombardeo, soy la que corta la materia para señalar
el cuerpo, la máquina, la transgresión que hace ver el mal, la necesidad y la
miseria, el tabú y la angustia; la que corta el miedo, la que ve el peligro de
escribir, para ser humanos, en la violencia nuestra de cada día, la que conoce la
metáfora del horror y del sol, el límite de la visión, de la risa y del
transcurso del día por la corrupción del mundo en esta, única vida. Soy la
guillotina de Georges Bataille, soy la guillotina de Ducasse, soy la guillotina
de Poe y de Rimbaud, soy la guillotina de Blake, de Verlaine y de Pound, de
todos los culpables. Soy la que siente sin sentir, soy mi sonido, soy la que corta
las palabras, en otras y en nada, la que no juega con las palabras, la que no
admira, la que no desprecia, la que es justa, la crítica, la única. Soy la
guillotina de la revolución, soy evolución, soy materia en acción, soy arcano, soy
presente, soy la Fallbeil, soy la Maiden, el Gibbet, la Mannaia, soy Louisette.
Soy el umbral, la creadora de los márgenes, la que
limito, la que aíslo lo que escapa, la que abandona el cielo. Soy la que convoco, soy la ciega, la que ensordezco en silencio, soy nada y para nadie, porque nada es
mío, y no me canso, y hago erguir el objeto, y lo hago caer y rodar al viento, y
veo el destello. Soy la herramienta. Acontezco, no pruebo: defino, desde que
marqué el tiempo de salir.
Habrá diez o doce cosas que me
gustaría enseñarte. Después de todo, bueno, te las arreglás bastante bien. Y
eso no es lo primero, sino la décima o doceava cosa que me gustaría
decirte. Entendelo como quieras.
El derrame encantado de tus
lágrimas caía tan profundo, mi frente descansaba en el estante de los discos y
en el medio de las cajas que se movían yo todavía esperaba a que me dijeras las
palabras justas.
Tus ojos eran de ese color que
no puedo recordar, que dicen mucho más que los dos primeros versos. Pero el diablo
siempre golpea más fuerte.
Devuelvan Ciudad Vieja al lumpen
proletariat Devuelvan "dale" y "chicos" a los porteños
Devuelvan el David a Guayabo y
Jackson Devuelvan el fraterno apretón de
manos, basta de besos
Devuelvan el hemisferio cerebral izquierdo
a Jorginho
Devuelvan el pan facturado
Devuelvan el pasado subjuntivo
(yo quise que vinieras)
Devuelvan el shopping Punta
Carretas a la cárcel
Devuelvan el tá
Devuelvan el tango a los viejos
Devuelvan el World Trade Center a
la antimateria Devuelvan España a los musulmanes Devulevan Galeano a los indios americanos Devuelvan Hughes Galeano a Galeano
Devuelvan la antena del Palacio
Salvo
Devuelvan la bandera de los 33 Devuelvan la basura a la basura Devuelvan la cruz al papa
Devuelvan la cumbia a los pobres
Devuelvan la guía de calles
Devuelvan la sede central del
Banco República al Banco
Devuelvan las 4x4 al campo, de
donde no deben salir
Devuelvan las calles y métanse
las peatonales en el orto
Devuelvan las Malvinas a los
españoles
Devuelvan las multas por exceso
de velocidad
Devuelvan las panaderías con
horno a leña
Devuelvan las toninas
Devuelvan las veredas a los
peatones
Devuelvan las viejas barriendo
las veredas
Devuelvan los adoquines ya
Devuelvan los baldíos Devuelvan los baritas, muevan el culo
Devuelvan los caracoles
Devuelvan los casetes Devuelvan los faroles de las veredas a las veredas
Devuelvan los huesos de Artigas a
Paraguay Devuelvan los manifiestos al papel
Devuelvan los ómnibus chinos a
los chinos Devuelvan los sátiros
Devuelvan los trolleys
Devuelvan los vidrios
transparentes en los autos
Devuelvan los vidrios
transparentes en los comercios
Yo canto de mi corazón Y tu, mi amigo, inspiras mis pasos Me voy por el mundo conociendo varia gente Pero nunca hallo una persona como tu Mirame ya estoy aquí Si pudieras mirarme, ¿que pensarás de mi? Pero hoy es muy tarde para decirte que he cambiado Me duele me duele que ya no estas aquí Ya es muy tarde Para decirte que estoy cambiado Mirame ya estoy aquí Si pudieras mirarme, ¿que pensaras de mi? Pero hoy es muy tarde para decirte que he cambiado Me puede me duele que ya no estas aquí
El terrible poema conmueve las profundidades del planeta
estremeciendo todas las cosas quietas
o que reptan por sí mismas en la faz del universo
El conjunto de palabras exactas y su sonora articulación
en la Cifra del Temor y el Temblor
la vibración del aire en longitudes de onda certeras
Poema articulado por bocas encendidas
conjunciones de letras impronunciables presionan
apretando las palabras, al pandeo de las almas que se rasgan,
o las quiebra la torsión angustiosa del coro inconcebible,
hasta alcanzar el armónico de los ángeles, estampido escandaloso de plumas blancas y sangre
y no habrá mano que te tome ni abrazo que te refugie
del signo filoso y la euritmia imposible
Parten el cielo los rayos trepidantes
estalla en los oídos ciegos
la carne sorda de toda estirpe
y entre las lenguas humeantes
la tierra convulsionada
por el bramido sostenido de los labios de la Luz,
-como corolario de toda injusticia
como epílogo de toda crueldad-
la monstruosidad primigenia
dejará de hundir la garra podrida
en el vientre tierno de la recién nacida
Sunday, October 14, 2012
"De la terrible duda de las apariencias,
De la incertidumbre, finalmente, de haber sido engañados,
De que la posible confianza y la esperanza, no sean al fin, mas que especulaciones
De que la posible identidad, mas allá de la tumba, sea una bella fábula solamente,
Posibles las cosas que percibo, animales, plantas, hombres, colinas, aguas que fluyen brillantes,
Los cielos del día y de la noche, colores, densidades, formas, tal vez todo sea
(tan dudosos como son) sólo apariencias.
Lo real aún debe conocerse,
(¡Cuantas veces estas cosas se salen de si mismas como para confundirse y burlarse de mi!
¡Cuantas veces pienso que ni yo ni hombre alguno sabemos nada de ellas!),
Tal vez aparenten ante mí lo que son (es indudable que sólo parecen) de acuerdo con mi actual punto de vista,
y tal vez demuestren ser (y así lo harán) nada de lo que aparentan, o nada en absoluto, desde otros puntos de vista completamente distintos;
Para mí estas cosas y otras semejantes encuentran respuesta en mis amantes, queridos amigos,
Cuando aquel a quien amo viaja conmigo o se sienta largo rato conmigo, asiéndome la mano,
Cuando el aire sutil, lo impalpable, el sentimiento de que las palabras y la razón no se sostienen, nos rodean y penetran,
Entonces me siento cargado de inexpresada e inexpresable sabiduría, quedo en silencio, no requiero nada más,
No puedo responder a la cuestión de las apariencias o de la identidad más allá de la tumba,
Sino que camino o estoy quieto, indiferente, satisfecho.
El que ase mi mano me ha satisfecho por completo."
Walt Whitman
y digo yo:
Es cuando la vida se abre a la intuición acertada
Cuando las preguntas no son más que satisfacción del pensar buenamente
Y la luz deja de cegar, inalcanzable, y posibilita la bendición del reflejo de las cosas
Abriendo esas bellas longitudes de onda del espectro visible: a ojos, cuerpos, animales, piedras y árboles
Y cerrar los ojos es acceso, por la mano tomada, al Bien y al Sosiego intuidos.
Así es.
I. Aucun vent sur la terre (Ningún viento sobre la tierra)
Cap. VII, v.1, 4, 9, 13, 15, 16, 17
II. Il y eut dans le ciel un silence (Sucedió silencio en el cielo)
Cap. VIII, v. 1, 2
III. L'Agneau et les hommes purs sur la montagne (El Cordero y los hombres puros sobre la montaña)
(citaciones muy breves)
Cap. XIV, v.1, 5
Cap. XV, v.1, 2, 6
Que lindas épocas hermano, cuando a puro coraje llevamos las ansiadas cargas blancas y El Corrido a toda la frontera Mexicana. A puritito huevo compadre dejamos bien alto el honor oriental por las tierras de Pancho Villa, si señor. Y gracias a la Virgen de Guadalupe todavía podemos cantarlo.
Y un gran saludo para estos muchachos colombianos, que tanto han aportado al (snif) arte del corrido
Amigas,
amigos, es un placer que nos estén acompañando en esta tarde húmeda, aunque no
estemos transmitiendo en directo, ya que hacemos este trabajo con gran gran sacrificio,
con escasez de personal, con la tecnología que poco a poco ha venido
desapareciendo en todos estos años dada la extinción de los grandes productores
de hardware, en fin, lo que todos sabemos, ¿verdad? Pero esto no debe empañar
ni un poco la programación de este sábado que, como siempre, nos trae grandes
sorpresas!
Y si hablamos
de sorpresas también hablemos de las otras, de las que no son sorpresas, claro
está, y hablamos sí, de las estrellas que han permanecido en nuestros corazones
de todos aquellos que fuimos jóvenes hace ya tanto tiempo y también de aquellos
jóvenes que fueron niños, porque lo importante es recordar ¿verdad que sí? principalmente
en estos momentos en que la población está desapareciendo como por arte de
magia, simplemente la gente desaparece sin dejar huella. Y justamente sobre este
tema tendremos, en exclusiva, a nuestro Presidente-Adivino que nos explicará,
con lujo de detalles, las posibles razones de este fenómeno tan singular. Pero atención,
el Presidente-Adivino anuncia también, según las visiones recientes que ha
tenido, sobre la llegada inminente de “Los en-vi-ados”, según nos adelantó apenas
llegado al estudio con los ojos en blanco, y los dejo con la expectativa.
Les
anunciamos también que, a partir de este momento, se están habilitando las
líneas para que el público pueda responder a la pregunta que plantea la visita
del Presidente y es la siguiente, atención: ¿”Los enviados llegarán o no
llegarán”? Para eso tendrán que estar muy atentos a la entrevista que le
haremos en el correr del programa.
Una vez
tomados los datos de los participantes, la producción dispuso de un plazo de un
mes a partir de hoy. Si dentro de ese plazo llegan efectivamente “Los enviados”
anunciados por el Presidente-Adivino, se hará un sorteo ante escribano público
entre todos aquellos que votaron afirmativamente y habrá un único ganador que,
atención, recibirá un vale por un transplante de cerebro. Y en caso de que Los
enviados no lleguen, se realizará el sorteo entre quienes contestaron
obviamente por la negativa.
Pero
antes de irnos a la pausa, les traemos en segundos nada más unas opiniones de
la calle para saber qué pensamos sobre el anuncio de un
nuevo récord en cantidad de ciclones, tifones y tornados. ¿Es un castigo
divino? ¿Es un movimiento del eje gravitatorio? ¿La acción de saltar demasiado
de un lado del planeta? ¿Hay vida del otro lado del planeta? ¿En qué planeta
vivimos? Miren: todo esto dijeron las contadas personas que encontramos en la
calle, aquí, a pasitos nomás, en la Plaza de los Zombies. ¡Ya volvemos!
Pobre tío ernesto. Era buena gente y seguro lo sigue
siendo, pero da igual, porque vive en un mundo que sólo conoce él y que no debe
ser agradable. En parte fue el mundo que él se fue haciendo y en parte el mundo
que le tocó, pero no merecía el mundo que le tocó, aunque haya sido una
continuación del mundo que se fue haciendo.
Era
una tipo alegre, algo mayor que mi viejo. Y mi viejo siempre le debió mucho a
él, porque a mi viejo, cuando decidió irse de Argentina para vivir en Uruguay,
el tío Ernesto lo ayudó mucho, le dio trabajo en la barraca que tenía en la
calle Dante. Mi viejo atendía al público al principio, después a los
proveedores, y entonces pudieron establecerse con mi vieja. Mi viejo se había
ido a Uruguay porque había conocido a mi vieja en un verano, en Parque del
Plata.
Mi
viejo era de Azul, pero mi vieja no se quiso ir a Argentina, si no yo habría sido
porteño y la vida habría sido muy distinta, seguramente no me habría venido a
vivir después acá, a Elizabeth, porque a mi viejo nunca le gustó Uruguay y
me transmitió eso diciéndome todo el día que tenía que irme de Uruguay a
trabajar de verdad en un país de verdad, decía esto prácticamente todos los
días.
Eran
muy amigos mi viejo y el tío Ernesto. Mis mejores recuerdos son de la época
cuando creo que todavía tenía alegría de verdad, porque me llevaban todos los
domingos de mañana a ver a Peñarol. Cuando jugaba Morena los tipos deliraban,
se abrazaban y lloraban y saltaban como todo el mundo, enajenados, olvidados de
todo, y el tío me abrazaba y me decía: “miralo bien, miralo bien al potrillo
porque nunca más vas a ver algo igual”. Yo le creo, debió ser así, pero el
fútbol dejó de interesarme sin darme cuenta y acá el fútbol es otra cosa, medio
que es un juego de mujeres, entonces es un bodrio y el béisbol peor.
El
tío no tuvo hijos, por eso siempre me quiso mucho, y yo a él. Por eso cuando se
vino a Elizabeth me trajo con él.
En
Uruguay, tenía una esposa que se llamaba Olga, una gorda simpática, todo el
tiempo con el pelo batido y las uñas pintadas de rojo con medialunas blancas y
pañuelos a lunares, me quería mucho también. A veces Olga y el tío me llevaban en
un fiat 600 a
hacer picnics y asados en el Parque Roosevelt o nos íbamos a alguna playa con
una heladera de espuma plast con cocas de a litro y milanesas al pan. Esto lo
hacíamos también con mis viejos, a veces íbamos todos, los cinco, yo era el
único pibe, y entonces creo, por lo que ellos me querían, que Ernesto y Olga no
pudieron tener hijos y por eso mi tío me recibió y me dio laburo y terminó
haciendo todos los trámites cuando me vine a vivir acá.
Llegué
el 17 de octubre de 1987, a
mis veinte años. El tío vino a buscarme al aeropuerto con la nueva mujer que
tenía, una gringa de Jersey City, no sé bien exactamente, que llegué a ver un
par de veces, después nunca más.
Cuando
la conocí tenía una mancha en un costado de la nariz, pero luego esa mancha
creció y ya dejé de verla, porque entró en una enfermedad por la que tuvo que
aislarse y el tío Ernesto fue desapareciendo del mundo según la enfermedad iba
avanzando. Entonces él mismo me alquiló un basement
cerca de la empresa de pintura de él, donde ya había empezado a trabajar, y ya
no me dejó entrar a la casa de él. Me atendía en el porche y me decía que lo
mejor era no entrar porque Kathy no se sentía bien, que el médico le había
indicado no recibir visitas, etcétera. Pero yo no quería visitar a la mujer de
mi tío sino a él, pero el tío no quería hablar.
Se
mudó la oficina a un depósito que estaba subiendo una escalerita de mano, de
tal forma que era imposible entrar y desde abajo se lo podía ver por la ventana
todo el tiempo frente a la pantalla o hablando por teléfono. De algún modo, fue
como si el tío Ernesto se hubiera muerto y lo que yo veía era solo un
holograma.
Un
año después de esta migración del tío, llegó el amigo Marionizer, como yo le
digo, después de comer, y me pidió que lo acompañara en la camioneta y en un
momento en que veníamos hablando de mujeres, él cambió de tema, lo cual era
extraño, y se fue contra un cordón, paró y sacó del costado una Bizarre Magazine.
Yo no sabía que él leía Bizarre, porque yo las conocía bastante, porque siempre
las ojeaba en el kiosco esperando el tren, y éste era de unos números atrás que
obviamente se me había pasado.
Entonces
me muestra una foto de una página con un título que decía “El extraño caso de
la mujer sin cara”. Me acuerdo de esto porque todavía no había salido Face Off,
la película con John Travolta y Nicholas Cage, y me acordé mucho de todo esto
cuando fui a verla y quizás por eso me impresionó tanto.
El
artículo nombraba, con nombre y apellido, a la mujer de mi tío, así que no
había dudas, y además ella estaba del busto para arriba mirando a la cámara.
Mirando es un decir, porque en el lugar de la cara tenía una máscara sin
expresión como de cartón, como con unos ojos, como la sombra de una nariz, y
una boca sin sonrisa. El artículo decía que la pobre Kathy había padecido el
avance de un hongo extraño o de una bacteria, no recuerdo bien, que le había
empezado a devorar la nariz, luego la boca y después toda la cara al punto de
que la cara se le había transformado en un cuenco.
No
decía una sola palabra del sufrimiento o de la vida cotidiana, lo cual no es
habitual en Bizarre, que siempre ofrece detalles de la vida de los freaks que
muestra, pero no decía nada y seguramente haya sido una condición que puso mi
tío para sacar esta foto, además de los cientos de miles de dólares que le
habrán pagado, de otra forma no me explico como accedió a hacer algo así. Otras
veces pienso que no, que no le pagaron nada y que publicando esa foto era su
manera de decirle al mundo (no a la gente cercana) la pesadilla por la que
estaba pasando su mujer y él.
Luego
de esto le pregunté a las negras de abajo si sabían algo de Kathy, que hacía un
año que no la veía y ellas no decían nada, como si no les interesara. Entonces les
dije que había escuchado que había tenido una infección en alguna parte y una
de ellas dijo, ah sí, yo escuché lo mismo, algo en la cara. Era sólo una
confirmación inútil, porque la foto de Bizarre lo decía todo.
Unos
meses después Kathy se murió, fuimos al entierro y al funeral como si fuéramos
al entierro y al funeral de una persona normal, mi tío recibía los pésames como
si fuera un viudo normal y luego de ese, pensé, a lo mejor iba a volver a la
alegría que yo le conocí. Pero no, se quedó en eso, en su oficina inaccesible
todo el día frente a la computadora o hablando por telefóno. Tampoco me dejaba
entrar en la casa y me recibía en el porche diciéndome que la casa era un asco.
Dadas las
actuales circunstancias por las que atraviesa el país respecto al cultivo y
comercializacion del cannabis por parte del Estado a través de una empresa
particular (esperamos los pliegos) le advierto que comete un grave error, señor
presidente. La marihuana es la puerta de entrada a las otras drogas como bien
sabemos y ha estigmatizado a toda la población negra del continente empezando
por Jamaica, quienes de tanto fumar generaron un delirio místico y designaron
como líder espiritual a una esfinge etíope. Aquí en Uruguay, luego de algunos experimentos
nada saludables de parte de las usinas culturales donde han introducido géneros
foráneos como el hip hop, le pido que entienda que la cultura del candombe
desaparecerá para siempre encandilada ante las falsas promesas de limusinas y
esculturales mulatas que los african american han venido difundiendo como la
cara oscura del estilo de vida americano que nadie parece advertir, por no mencionar la gran cantidad de musulmanes que crecerán como hongos habida cuenta, como
quedó bien demostrado, de la existencia de una célula palestina en el Chuy. Le pido entonces
tenga a bien discuta con la luminaria de la primera dama acerca de si este
acontecimiento, en mi opinión funesto, no estará traicionando los principios
inalienables de la revolución que tan bien supo defender llevando a la población
negra y blanca por los caminos del individualismo, el hedonismo y si no será
necesario un castigo para los adictos como merecen los verdaderos traidores a
la patria grande y extragrande.
Las emociones
encapsuladas: observas hermosos paisajes a través de las pantallas. Miraste
al piso cabizbajo, hoy no hay tiempo para el amor. Él ya va loco por los
domingos, exhaustos domingos, saben a lunes. Se respira esclavitud entre la
miseria y el confort. Somnolientos seres, camino al vacío, me los encuentro
todas las mañanas en una perfecta comunión, la comunión de los robots. Voy
rasgando las paredes tragando la mierda de dios. Nada, nada va a pasar, tu
esperas en tu casa o vienes a bailar. Nadie, nadie nos va a salvar, pues tratas
de salvarte, no esperas el final. (Pato Patín)
Friday, August 10, 2012
Is there Life on Mars Kiki ?
Wednesday, August 8, 2012
habría que ver si son transgresiones. en el segundo caso, las rusitas están en cana
“Bloody shit, Dave, the Gaggia is dead”, dijo Imán a David en la cálida mañana bahameña.
“Nevermind,
luv”, respondió David."Call
for a new one, the boat should be coming in ten minutes".
David suspiró mirando el mar turquesa
entre los bananeros y preguntó, de pronto:
“Where´s
Kiki? She must be starving”.
Kiki era la cacatúa bahameña de Imán y
David.
“I told
you, Dave, she´s been absent lately. She fell in love with a blue guacamaia”
“Oh no kidding!”, respondió David sin
darse vuelta. “I’d be soooo delighted to
see those bloody birds singing together”.
Imán levitó desde la cama hasta la
espalda transparente de David, luego miró por encima de su hombro hacia el
mismo lugar del mar que estaba viendo él y le dijo en un susurro: “There’s the
boat, Dave. As a matter of fact, how do you like the
espresso?"
“Oh you are right”, respondió David,
como no escuchando el final, como sobresaltado. “I didnt see it!"
Después se dio vuelta por primera vez y
con los brazos en jarro la encaró:
"Please
tell me Iman, do you really think I’m getting older?I’m not
saying old".
“Oh no,
David, I know exactly what you mean. Certainly you are not getting older”.
Entonces David abrió los brazos para
dejar que ella lo abrazara y mientras lo estrechaba, él le dijo:
“Then add
some sugar to the espresso, luv, I feel so good today”.
Un negro uniformado se recortó, allá
lejos, entrando por un costado, en la otra punta de la casa, cargando una bolsa
y una pesada caja de cartón.
En ese momento
bajó una cacatúa blanca desde una palmera gritando “Ground control! Ground
control!”, seguida de un papagayo azul como el cielo.
David se separó de Imán, la hizo girar
como un trompo y ver la escena que él estaba viendo.
“Look Iman! I can’t believe they´re flying into the house. These funny things never
happened in Brixton!”
Pero Imán no miraba esto, sino que
avanzaba a zancadas hacia el negro quien, al verla venir, dejó la bolsa en el
piso y la caja en la mesada de platino. Levantando las manos, el negro le decía:
“I’m sorry, madam, i’m really sorry. I did my
best, believe me, but... but...”
“But, but
my butt!! You fucking moron!! Where is the bloody coffe from this time, Alaska???
“I’m deeply
sorry madam, but Kenya
coffee is arriving, hopefully, in the evening. We could only get the...”
Entonces el negro como que se tranquilizó,
puso las manos en oración y con una sonrisa de oreja a oreja le dijo:
“This time
we found some Java... Oh good Lord!”, y miró para arriba.
David
intervino.
“Come on
Iman, Java coffe is your second favorite”
Imán apoyaba un codo en la mano del otro
brazo, que tenía cruzado sobre el vientre, mientras los miraba a los dos alternativamente
moviendo ansiosamente una pierna.
“Ok,
whatever, just set up the machine and leave your black ass out of here”
“Yes, madam”
Mientras el negro se ponía a trabajar,
David empezó a caminar lentamente mirando el piso. Con el dedo índice en los
labios, empezó a decir:
“By... the...
way, Iman, how things are going on in Kenya?”
Ella lo miró entrecerrando los ojos. Él siguió.
“I mean,
if things are doing better in Africa we could fly to Nairobi and spend some days with your
beautiful family”
Imán se tapó a cara con las manos y se
puso a llorar.
“Oh, I miss them so much, Dave, so
much”, y apoyó su cabeza de ébano sobre el hombro transparente de David.
Kiki y el papagayo azul revoloteaban
eróticamente por el ambiente gigante, fresco y umbrío de la mansión Bowie-Imán.
“Its
okay, baby, its ok”, le decía David acariciando su cabeza, su cuello. “You can
go back anytime you want”
Ella se separó de golpe:
“You? What do you mean with you?”
“Ok,
sorry, Iman. We can go to Kenya anytime you want. Is that ok?”
Cuando Imán iba a contestar, se escuchó
la voz del negro:
“The Gaggia
is all set, madam!”
A lo que Imán se acercaba, el negro se
iba alejando y diciendo:
“Enjoy
your coffee. Ms Iman, Mr Bowie...” Y se retiró con una reverencia. En ese
momento se escuchó: “Major Tom!”. Esta vez era el papagayo azul.
David le contestó algo a Harold mirando al papagayo.
Imán se puso a colar café violentamente
entre nubes de vapor mientras Kiki y el papagayo se ubicaban para ver de
cerca. Cuando Kiki gritaba “Ground control”, el papagayo respondía “Major Tom!”
Luego Kiki saltó y se posó en el hombro
transparente de David.
Imán llegó con dos pocillos blancos y le
dio uno a David. David fue a sentarse en un sillón frente al ventanal, pero Imán
no fue tras de él, sino que siguió de largo y salió a la playa por la hoja
abierta del ventanal.
David vio el
cuerpo negro de Imán alejarse contra la arena blanca y sintió algo parecido a
la melancolía.
Imán caminaba con el plato en una mano y
el pocillo en la otra hablando con Chuki, su prima segunda, con el manos
libres.
Imán parecía
hablar sola, o más bien hablaba sola, porque su prima segunda era un grano de
arena en el infinito sahara de su clan. Imán le contó a Chuki los hechos recientes
en la mansión, no olvidó detalles pero agregó otros de discusiones previas.
Chuki la oía desde su trabajo, la oficina
de un organismo internacional en Nairobi, compartida con otros once
funcionarios de distintos países de África. Todos pudieron escuchar la voz
descompensada de Imán, aún desde el escritorio más distante, ocupado por la
sudafricana Yira.
Chuki y Yira competían por el mismo
puesto de chief supervisor de la oficina, que se iba a definir la próxima
semana. El ambiente en la oficina era tenso. No obstante, cuando la conversación
terminó, todos los funcionarios giraron a un tiempo y preguntaron:
"So what
happened this time?"
En subdialecto keniata, Chuki les contó a
todos con lujo de detalles lo ocurrido en Bahamas, porque Imán era como el ábrete
sésamo en su vida profesional.
Yira bajó el
volumen de su Ipod para oír mejor.
Cuando Chuki hubo terminado, Yira envío
un mensaje a su novio Bapoto, periodista free lance, que cada tanto mandaba
notas a Rolling Stone South Africa, mayormente sobre músicos de blues.
Como
recientemente Bowie había sido tapa de la Rolling anunciando su llamado a
silencio y su retirada del mundo conocido, cualquier noticia era buena.
En Bahamas, David miraba
el mar con un pájaro en cada hombro. Estaba divertido con la enseñanza de Kiki
al papagayo azul de viejos éxitos. En sólo media hora, lograron
convertir los versos “planet Earth is blue / and there’s nothing I can do” en
un extraño canon.
David sonreía y
llevaba el compás con el índice y la punta del pie.
Afuera, Imán llegaba hasta la orilla
mirando las nubes altas en el horizonte, más verticales que horizontales.
Quiso seguir
caminando por el agua, pero el pocillo vacío la molestaba, así que lo dejó
mimetizado en la arena blanca y luego volvió a entrar y siguió paralela a la
rompiente posando los pies negros contra el fondo y surcando el agua tibia y
transparente.
como la cocina está en la otra punta de la casa no escucho el agua hirviendo ni el café saliendo y me olvido... Ya quemé dos calderas y ¡ay! mi recién comprada cafetera italiana. Fragson me sugirió una camarita para poder monitorear desde mi puesto de comando, pero para eso lo mejor sería un baby-call. Después me tiró otras buenas. Una era salir del cuerpo de manera de dejar la conciencia mirando el fuego y seguir mi trabajo con el uso del cuerpo meramente, que de última no exige mucho esfuerzo mental. Quedé de consultarlo a Z. Otra era comprar un mono tití que por un sencillo mecanismo de lianas ad hoc pudiera acudir velozmente y chillarme en el hombro apenas ver salir el vapor. Pero en el mercado negro de Tristán sólo tenían cacatúas. Así que vamos a ver.
...a cuenta del pasado y las revoluciones culturales
Me pegó la manera sutil de mostrar la crueldad,
también el contrapunto entre sensualidad y patetismo,
el agua uniendo y separando,
me quedó fluyendo en la cabeza...
Ya sabíamos que un día esto iba a pasar.
Que nada puede detener el alud telúrico que baja por el Lomo de Burro, arrastrando a su paso todas las oleadas de cultura de la Civilización Platense, Balcánica, Brasilera y Peronista.
Desde este gran refugio de la tradición criolla, el homenaje rabioso a todo el folklore del planeta, sintentizado en este gran tema "Merceditas" de Ramon Sisto Ríos. Tema primigenio si los hubo en las jornadas de aprendizaje para tomar el pulso a las bordonas y rasgar como Dios manda, de los pequeños orientales y rioplatenses en general. Ahora no, lo que enseñan primero es no te va a gustar y todo esa mariconada.
Como no podía ser de otra manera el aviso, el chiflido, lo pegan estos inspiradísimos muchachos gaúchos, que hacen sacudir las patas y la emoción y no nos resistimos desde ya a salir a levantar polvareda, tirar sombreros al aire y proferir zapucays por todos los pagos alegres del hemisferio. Ya van yendo a agarrar caballos Fragson y Astllr, mientras un humilde servidor pergeña estas letras y acomoda las garras, sobre las que cabalgaremos luego de Curitiba a Puerto Madryn, de Salta a Asunción, de Caxias a Tacuarembó, ya imbuidos, empapados, sumergidos quizá ahogados para siempre de la Zamba a la Cumbia, pasando por el Chotis y la Polka, el Gato y la Buaguala sin solución de continuidad. Llevamos lápiz, don't worry.
Recitado:
Merceditas, siempre supe que volverías a la Estancia desde el fondo de la Tradición, pero nunca pensé que sucedería de la mano de cuatro brasukas de nombres raros (menos el Yama, que debería ser oriental).
Ay chiquilina, tan alegre y de pocas palabras, que Linda estás!
De Santa Fé a Montevideo cuantas leguas quedaran, Merceditas.
Bien sabés que por una hembra como vos, no hay criollo que sea lerdo.
Y aunque el tren que unía Paso de los Toros y Pilar (cerquita del Buenos Aires), no haya sido mucho más que humo; nunca faltaron baguales en las tropillas, o coraje en el corazón, que me llevara a buscarte.
Y te viniste nomás; que lindas esas calzas y botitas que usás ahora, Merceditas, que ya me va pareciendo que has andado mucho p'al Buenos Aires ultimamente. Y la peonada esta feliz y muy caliente: que necesida' de agrandarte esos pechos gurisa, gran siete, como se alborota el avispero, nos vas a volver locos a todos, niña. Acá cerquita del monte, esta doña Eduviges que te dará algún yuyo o hará alguna bencedura; ah, es psiquiatra también, no te preocupés.
Me voy pa' Adentro! que me falta hacerme las manos.
Besis
Recuerdo que planté un árbol en la cabeza de una mujer, ella sembró golondrinas en la mía. Ahora vivimos en el sueño feliz de alguien.
Meditando sobre eso, iba caminando y las baldosas abrían sus ojos celestes o ámbar y soltaban sus rubias u oscuras cabelleras, que yo pisaba con ahínco.
Me pareció que una baldosa floja me miraba de una forma particular, con unos labios carnosos, me la traje para casa, sin preguntar nada.
Fuimos felices con ella, tuvimos hijos y viajamos a Praia do Rosa; hasta que se marchó con el azulejista que me arregló el baño. Los nenes crecieron.
Hoy vivo con una canilla que brotó sensualmente del pasamanos del ómnibus, tenemos un jardín de flores bulbosas por el que corremos sin ropas.
Mi amada canilla (canalla gustan llamarla en el barrio y así pueden hacerlo ustedes si mas les apetece) gusta de pintar al óleo y leer poemas desnudos a la luna, yo la fotografío y la desprecio regularmente, así no se irá nunca de mi lado.
Es bien sabido que las canillas no necesitan que se las riegue tanto y que un poco de cariño las hace derramarse en torrentes de amor. -Torrentes de Amor que filmó John Cassavetes e intervino con tino, mucho antes, en un capítulo de la serie "Combate"-. Abrazado (apretado) a mi canilla (o canalla) miro ese capítulo de Combate conectado al canal de agua que pasa frente a nuestro domicilio en Copenhagen y creo ferviente en el Sargento Saunders o en Vic Morrow, -según sea la tonalidad o irregularidad líquida que mece la góndola que nos soporta en paz.
También recitamos los Cantos de Maldoror a los gusanos del jardín bulboso, para que devengan, indefectiblemente, en mariposas o en mujeres largas, vivaces y melancólicas.
Ahora voy a cocinar un puchero criollo a orillitas del canal, para mí torrencial compañera, las chicas del jardín, dos gusanos, la baldosa que volvió y su azulejista (que quizás haya sido mariposa).
Quizás mañana tomemos, felices, un Ferry a Malmö o a Madryn.
Y hablemos de la Infancia que, como dice Gismonti, es recuperar, luego de crecer, la capacidad de asombro, de creer que todo es posible:
Y nuestros amigos serán los que nos animen.
Wednesday, June 6, 2012
Tenga esto por seguro: cuando habla el amor sincero, cuando empieza la admiración franca, cuando surge el entusiasmo, cuando el odio se riza como humo, no hay duda de que la creatividad se quedará con usted toda la vida. El centro de su creatividad ha de ser el mismo que el centro de la historia y del personaje principal de la historia. ¿Qué quiere su personaje, cuál es su sueño y qué forma tiene, cómo se expresa? Una vez dada, esa expresión será el motor de la vida del personaje, y de la suya como Creador. En el momento exacto en que irrumpe la verdad, el inconsciente cambia del archivo de desperdicios al ángel que escribe en un libro de oro.
Mírese, entonces. Pondere aquello que lo ha alimentado durante años. ¿Fue un banquete o una dieta de inanición?
¿Quiénes son sus amigos? ¿Creen en usted? ¿O le atrofian el crecimiento a fuerza de ridículo e incredulidad? Si este es el caso, usted no tiene amigos. Vaya a encontrar alguno.
Y por último, ¿se ha entrenado lo suficiente como para poder decir lo que quiere sin sentirse maniatado? ¿Ha escrito lo bastante como para estar relajado y permitir que la verdad salga sin que la arruinen poses afectadas ni la cambie el deseo de hacerse rico?
Alimentarse bien es crecer. Trabajar bien y constantemente es mantener en condición óptima lo que se ha aprendido y se sabe. Experiencia. Labor. Son las dos caras de la moneda que cuando gira de canto no es ni experiencia ni trabajo sino el momento de la revelación. Por ilusión óptica, la moneda se vuelve redonda, brillante, una arremolinado globo de vida. Es el momento en que la hamaca del porche cruje levemente y una voz habla. Todos contienen el aliento. La voz se eleva y cae. Papá habla de otros años. De sus labios surge un fantasma. Agitándose, el inconsciente se restrega los ojos. La Musa se aventura a los helechos que hay bajo el porche, desde donde, dispersos en la hierba, escuchan los muchachos del verano. Las palabras se vuelven poesía que a nadie importa, porque nadie ha pensado en llamarla así. He aquí el tiempo. He aquí el amor. He aquí el cuento. Un hombre bien alimentado guarda y serenamente da cauce a su infinitesimal porción de eternidad. En la noche estival parece grande. Y lo es, como lo fue siempre en todas las edades, cuando hubo un hombre con algo que contar y otros, tranquilos y sabios, que escucharan.
Giacinto Scelsi Uaxuctum (1966) Uaxuctum is subtitled: "The legend of the Maya city, destroyed by themselves for religious reasons" and corresponds to an actual Maya city in Peten, Guatemala which flourished during the first millennium AD. This is an intensely dramatic work, and the most bizarre in Scelsi's output. It depicts the end of an ancient civilization - residing in Central America, but with mythical roots extending back to Egypt and beyond - it is the last flowering of a mystical and mythological culture which was slowly destroyed by our modern world. In this case, Scelsi says, the Mayans made a conscious decision to end the city themselves.
Friday, May 25, 2012
"Las bodas" , ballet de Igor Stravinsky compuesto en 1923,
ya se había descolgado con la "consagración de la primavera" (1913),
pero esto me parece bellísimo...
No
sólo la razón y el sistema (cartesiano) han liberado al arte de lo que tiene o
tuvo de su aristos, también lo convierten en asunto de común conocimiento y
satisfacción colectiva, en el caso en que estemos hablando de una mínima
competencia. Así como las gentes comunes han accedido a lo que estuvo por
siempre reservado a una aristocracia cultivada, hoy gozamos de una
democratización indisimulable de bienes incalculables que las
grandes masas, exponencialmente grandes, han visto como ascenso de su conocimiento general y de eso que
algunos llaman “calidad de vida”. Por esta misma razón, la responsabilidad del
artista es infinitamente mayor. Su arte se ha visto repartido y compartido aquí
y allá y por lo tanto debe tener la modestia y el coraje, que tantas veces
escasean, como para hacer de su obra un asunto de interés público, es decir
entregar y facilitar su acceso sin que sienta menoscabo alguno en la tan loable tarea.
Por estas razones afirmo que el crítico debe velar por la organización racional
y debe aniquilar todo asomo de experimentación formal pues, como es sabido,
sólo debemos experimentar en la sociedad misma y en las formas alternativas del
vivir, de lo cual el arte es sólo una manifestación refleja, una conciliación,
una resolución plástica de un problema insoluble, que se puede llegar a vivir,
ay, intolerable. Esto, sin embargo, no es el centro de mi argumento sino sólo
un preámbulo que está dando, digerido para ustedes, el corazón en llagas de mi
posición revolucionaria. Aunque el arte existe, el arte es actualmente un
fenómeno indistinguible, inesencial e intermitente, por lo cual se le deben
adivinar comportamientos de repetición y continuidad que ya no dependen de la
mano que le da de comer sino de la mirada del perro que aguarda. El desvelo
interminable del poeta que prepara el mate en la tarde gris, con suerte
avizorando una idea brumosa sobre la quieta bahía, representa todavía menos en
los términos innegociables presentados por el mudo lector que va a ver lo único
que quiere ver, pues lo que está buscando será la respuesta eventual al problema imposible de la
última pelea con la suegra, de cómo esconder a una nueva amante, de cómo lograr
un magro aumento de sueldo y, en fin, de cómo fracasar, acaso, en este caso. En
otras palabras, el arte no significa nada enfrentado a la actividad de la
demanda en los términos planteados por la desesperación de la oferta. No hay
aquí un extremo más pobre que otro, pues sabemos también que los artistas, también, tenemos que comer. ¿Qué es hoy una buena oferta que no considera una
estrategia de venta, un golpe de publicidad, un regurgitar incesante de jugos
digestivos? Como preguntó el profesor Bartolache ayer mismo en el Polo Bamba en
un sonado cuestionario a la marchanta: ¿existe una propensión a la difuminación
de la voluntad creadora en un rocío de ínfimas opciones, de diminutas encrucijadas, de
inquietas concentraciones de recuerdos y corroídos deseos? Lo mejor sería no
aventurar respuesta alguna, no por temor a la interpretación, sino por tener la
delicadeza, una vez avizorada momentáneamente una certeza, de seguir la marcha
en busca de horizontes, morales dirán algunos, que nos reconcilien con la
humanidad en el sentido más individual, mejor dicho más individualista,
posible: nos mira un perro, nos mira una mosca, nos mira el deshumanizado
mendigo con la cuenca negra de su mano. Dirán otros: hay tanto arte allí.
Entonces yo pregunto, siguiendo con el profesor Bartolache: ¿haber roto al arte
como molde perfecto de la vida, de Dios, de la naturaleza, no habrá hecho más
que empobrecer la vida? Cuando digo empobrecer me refiero a insistir con asuntos trillados
como la linealidad versus la circularidad del tiempo, por poner sólo un caso.
El empobrecimiento no resulta más que de la comparación y Bartolache condenó palmariamente la comparación, la acusó de haber sido el Gran Error, el cual ¿coincide? con el
nacimiento de lo que se llama comunmente “vida inteligente”, es decir, conciencia
de sí mismo, compasión u homicidio. Bien y mal, sabemos de sobra, son la base
de la comparación, y en el medio toda la justificación del atropello y de la mala
educación. Como dijo el maravilloso amigo Vicente Rodríguez Casado desde la otra
mesa y de quién hablaré en otra oportunidad: “Es horrible pero es así”.