Inauguro mi participación blogera con este viaje radial al pasado.
Se trata de momentos mágicos encontrados por el compositor argentino Eduardo Bértola,
buceando en esa fuente inagotable que era y es la radio am.
De su colección, Trovas, crónicas y epigramas (1977).
9 comments:
muy bueno, fragson, un gran documento.
por suerte bértola nos recuerda la noble misión del periodismo, además de la importancia del descanso en la vida del general.
ya compartiré otras joyitas del género....
está fenómeno!
Bienvenido Fragson!
(lindo nombre y apellido)
esas voces imponentes.
a mi me parece muy bien que estela se dedicar a las actividades de la "rama femenina" y el General a mira tele de noche. Y ese Galimberti ¿era el montonero?
Gracias Bértola...
la voz de Ariel Delgado (o Arián?) es sobrenatural, única, atención a las erres. Creo que se conserva algo parecido en radio Carve.
Isabelita saliendo a dar una vuelta con la mujer de Campora en el Dodge verde comprado al inicio de la semana, el negro glamour del momento.
su voz tiene algo de J. César Gard,
cuando dice noticiasssss deportivassss,
quizás Delgado fué su maestro vocal...
parece un chisme contado por un esquizofrénico.
me hace acordar a un paciente del vilardebó, que me contaba lo que había visto en el informativo, pero se centraba en detalles completamente intrascendentes: "el informativista le hizo una pregunta con un micrófono rojo y el ministro tenía un anillo"
"el informativista le hizo una pregunta con un micrófono rojo y el ministro tenía un anillo" me hiciste acordar al Sonido y la Furia y a Pynchon. hay un asombro silencioso ahí, como en cohen, como en alguna poesía
el fragmento sobre perón, no se por qué, me hizo acordar al cuento de onetti sobre la muerte de evita, la primer esposa
también al episodio de Kolchak, the night stalker donde Darren Mc Gavin entrevista a la esposa de un político que hizo un pacto con el diablo (el político lo hizo tom skerrit, quien muchos años más tarde haría de capitán de la nostromo, y con un poco de suerte se lo haría a Sigourney Weaver)
ta, me fui al joraca. disculpen
alguna vez leí que esas voces quedaron impostadas así en la guerra (en alguna) donde los corresponsales, al transmitir desde el lugar de los hechos, debían hablar para hacerse oír, a lo murguista. Es probable que fuera una emisión así también para sobreponerse a los malos equipos, o a equipos deteriorados.
Yo creo que Arián no tenía un micrófono rojo, pero tenía un anillo con un rubí en el meñique, bigotito fino, pelo a la gomina y seguramente usaba boquilla.
interesante astllr, no lo había pensado.
Otro dato es que los argentinos de la época escuchaban radio colonia y se enteraban de ciertos chismes absolutamente censurables en la vecina orilla.
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