Una. Mañana martes a las 19 inagura Magela Ferrero la
muestra “Personas que comen solas”, una serie de retratos de la que les dejo la
soberbia composición de cabecera. En el CCE.
Dos. Mismo día misma hora, Agustina Fernández Raggio
inaugura la muestra “Perros que gritan, rebeldes que ladran” de la que les dejo
abajo el texto de presentación que gentilmente me fue solicitado. En el
Cabildo.
Una a media cuadra de Dos, todos invitados.
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Cuando miro los retratos de Agustina me pasa siempre
igual: me resultan inesperadamente cercanos, como viejos retratos de familia
que, al tiempo, me conectan con un olimpo oriental que muy ocasionalmente lo
siento tan vívido. La contemplación se me va transformando en un diálogo, a
veces con ellos, a veces conmigo, aunque ellos nada me pidan desde la
tranquilidad que les veo detrás de sus velos de sombra, de sus ocasionales brillos
del éxtasis, desde la luz de un mediodía. Ahí su resurrección, en los desencuadres
instintivos que les permiten respirar sin padecer la canónica naftalina, en los
colores que aceptan lucir de suyos entre la paleta baja y la saturación, en un
juego a cara o cruz donde siempre van a ganar un siglo más en esta vida. Es la
transmutación de la “identidad” (vocablo de abominación) en “únicos” al resonar,
certeros y musicales, los nombres encarnados en algún lugar de la comarca:
Marosa, Felisberto, Delmira, Horacio, María Eugenia y todos habitando, muy gradualmente,
unos paisajes como hace tiempo no se ven, en un viaje al corazón de la
iconografía, al propio mecanismo del emblema ordenador del mundo y de las
percepciones y de los sentimientos, todo desmontado a collage con antiguos
papeles de envoltorio, con viejos diarios de diseños modernos recuperando colores
y texturas de tierras y grises y celestes y planos y figuras troqueladas en los
papeles de memorias. Ver: imaginar la verdad: pintar.
La maestra cabalista Ann Davies
contaba una historia sobre un general de la armada norteamericana que negociaba con un cacique caníbal en Nueva Guinea durante la Segunda Guerra Mundial. El
general quería que el cacique reuniera a su tribu para apoyar a las tropas
americanas contra los japoneses. El cacique se negó y le dijo que los
americanos eran inmorales. El general quedó estupefacto, luego protestó: ¡No somos inmorales, los japoneses son inmorales!”. El cacique caníbal respondió:
“Los japoneses y los americanos son igualmente inmorales. Los dos matan mucho
más gente de la que pueden comer”.
Usando esta historia, describa
qué partes de su código moral no estarían arraigadas en un criterio absoluto de
lo que es bueno o malo sino más bien unido, por idiosincracia de su cultura, al
momento histórico que vive.
Skip James y yo nacimos en el solsticio de invierno, él en el de verano en realidad. Lo correcto sería decir en el mismo día aunque en diferentes años. Tenemos cosas en común.
Pero el me tendió una trampa con este tema, con esa cadencia cansina y filosa. Al principio pensaba que me calzaba como un traje hecho a medida. Interpretaba yo algo así como: Soy el hombre de esta hembra, debo ser el Demonio. Sin embargo, a poco me di cuenta que no dice eso, sino: prefiero ser el Demonio a ser el hombre de esta hembra. Oh! Ahora, creo que es cierto que solo el Demonio puede cambiar la mente de una mujer. Me gusta además, la línea de fuga que hace cuando se tira a descansar y la mente se va (se escabulle, vuela) como un ganso salvaje. Y la revelación final es fabulosa: le robó la mujer que ama a su mejor amigo y este a su vez, afortunadamente, se la quita nuevamente. Infamia, restitución e ironía. Cierto que estas cuestiones viles suceden, si uno está poseído o es un imbécil. O ambos. Pero suceden.
I'd rather be the devil, to be that woman man I'd rather be the devil, to be that woman man Aw, nothin' but the devil, changed my baby's mind Was nothin' but the devil, changed my baby's mind I laid down last night, laid down last night I laid down last night, tried to take my rest My mind got to ramblin', like a wild geese From the west, from the west The woman I love, woman that I loved Woman I loved, took her from my best friend But he got lucky, stoled her back again But he got lucky, stoled her back again end
Y como si esta genialidad fuera poca, ahora vean esto, unos 35 o 40 años despues:
la letra tambien ha sufrido cambios:
You know, I'd rather be the ol' devil Well, I'd rather be the devil Then to be that woman' man You know, rather be the devil Than to be that woman' man
You know, I'm so sorry You know, so sorry That I ever fell in love wit' you-ooo-hoo-oo Because you know you don't treat me Baby, like you used ta do-hoo
You know, I laid down last night You know, I laid down last night And I thought to take me some rest But my mind got to rambling Like a wild geese from the west
You know the woman that I love The woman that I love I stol't her from my best friend But you know he done got lucky An he done got her back, again
You know, I used to cut your kindleing You know, I used to cut your kindleing Baby, then I made you some fire Then I would tote all your water Way, way, way, from the bogy brier
You know, my baby she don't drink whiskey My baby, she don't drink no whiskey An I know she ain't crazy about wine Now, it was nothin' but the ol' devil He done changed my baby's mind
You know, I could be right You know, I could be right Then again, I could be wrong But it was nothin' but the ol' devil He done got my baby Now he done gone. end
Salim oraba. Y de las profundidades de su mente tuvo una visión. Y la visión habló así a su corazón:
"Oh Rabí, Rabí El aliento venturoso se hiergue sobre los arbustos trémulos elevando al aire, la brizna y el polvo en la noche se vuelve fuego y furia la fuerza de 200 mil caballos galopando la llanura Oh, rabí esa es la fuerza de aliento divino soplando en el corazón del hombre el aliento de Sofía, haz de Venus.
yo nací en el solsticio yo soy el rey que están esperando y no me manifestaré como ustedes quieren mi manifestación es esta escribir en la pobreza rasguñar en la angustia y la desolación mis gritos son susurros como el aliento divino lleva el fuego Shekkina, Sofía, Sabiduría ha venido hasta mí iluminado por la luz absoluta de Venus justo antes del amanecer como Sirio hace saber la presencia de Osiris de entre las piernas de Venus me han parido.
Y ahora dejen de buscar reluciente dejen vanidad y la tibieza acerquen al abismo el furor beban el elixir del amor hasta perderse hasta arder, iluminen. recen las palabras sagradas en las ciudades griten en el cruce de los caminos ¡enciendan el mundo! como está escrito en las piedras."
Y Salim lloró tres dias y tres noches antes de salir a predicar en los nervios del mundo blandiendo su espada para herir de muerte la dureza de los corazones.
Mientras tomaba una cerveza sentado, con las piernas estiradas apoyadas en el balcón, mirando la arena llena de luz, los edificios, los autos, el mar marrón y la gente lagarteando y las bolsas volando, le daban vueltas plácidamente en la cabeza, las palabras de Soledad de la noche anterior. La anécdota era graciosa. Sí. Pero devenía amarga. Hubiera querido ser él el protagonista. Sexy Sol le decía, así era. Cerró los ojos y echó la cabeza hacía atrás, estirando las piernas y arqueando la columna, generando una tensión placentera que aflojaba en seguida y daba lugar a más distensión. Era increíble que se aburriera de la rambla. Porque le gustaba tanto, tanto. Sin embargo había momentos que se aburría de mirar la arena, los edificios y la falsa línea recta del horizonte, aún con veleritos o cargueros. Mandó otro trago de cerveza y prendió un cigarro. En un ratito se metería en la laptop, a escribir esa sensación de tensión distensión en el twiter. 550 seguidores, mucha minita. Eso estaba bien. Aunque Sole nunca lo leía. Bah al principio sí. Ella tenía uno también. Era muy ingeniosa hablando de libros y lugares del mundo. Pero cuando él comenzó a preguntarle porque le había dicho tal o cual cosa a este o al otro tipo, Sole dió de baja al twiter. Se levantó y fue para el living. Era grande el apartamento que heredara de su abuela Cristina, con un gran ventanal al balcon, justo sobre el final de Avenida Brasil sobre la Rambla. Sonaba la guitarra rasposa de Robert Johnson. Ahora estaba en la compu, en un rato saldría para el pub. Hoy tenía que dar clases de baile, de tango en el salon de arriba. Eso hacía y era socio también (como Sole), pero vivir, vivía de lo que dejaba el campo que fuera tambien de la abuela y administraba un primo agrónomo. Leyó los textos breves, algo crípticos, simpáticos algunos, pelotudos otros, levemente franelas los más con poco interés. Se acordó de nuevo de Sole, que ya estaba en el pub, recibiendo proveedores. No habían cogido con fervor mas bien con poca pasión, anoche. Él estaba medio cansado, ella estaba un poco risueña, como en otra. Volvió a preguntar: ¿estas pensando en el tipo ese, el que te hablaba?. Esa noche habían bailado varias veces, le habían sacado lustre a la pista. Bailaban bien, él le enseñó hacía ya un año corto. Ella gustaba mucho ser llevada con elegancia y dominio. Luego cuando se fueron conociendo, también del apartamento, el auto -ahora practicamente lo usaba ella sola, porque él iba caminando- el campo y la rambla. Esa noche luego de poco mas de un minuto de conversación con un tipo que no era habitué en los vapores de la barra, ella se reía a carcajadas y siguió con cierto aire risueño hasta que se acostaron y acabaron. Dale decime en que pensás le dijo él, te dijo algo gracioso, ¿no? Sí dijo ella sonriendo, es para un tweet. A ver contame. Me dijo: disculpame, bailan bárbaro con tu novio, tienen magia. Y yo: si, la verdad que si - ¿te puedo hacer una pregunta?, - Dale. -¿donde aprendió a bailar tu novio? - Es profesor, ¿por? - Porque quiero conseguir una novia como vos. Apretó Tweet.