Tuesday, April 10, 2012

DESTRUCCIÓN (1)

EDITORIAL
Montevideo, 15 de marzo de 1901

Soy linotipista y tanto tecleo vigorosamente como cargo cien cajones de plomo al día. Al calor de estas máquinas, debajo de esta visera, en la fundición de la sabiduría, mis máquinas de hierro han iniciado la revolución implacable, la de la de la de la palabra y la acción, ese encuentro fortuito, ese chisporreteo de luz en el túnel del tiempo, fogonazo donde sólo divisamos que, en fin, no tiene fin. Movimiento, liberación, calor, hornos y hierro fundido incandescente. Grúas, puentes giratorios, cruzando de a saltos los bañados dispersos de esta húmeda comarca.
Explicaba el doctor Manguel en el muy triste Ateneo la otra noche (esto no lo vi, me lo contaron) textualmente: “hemos  de triunfar sobre la naturaleza”. Me dicen que bajaba la cabeza, contrito, y que con una mano se atusaba las libias con los dedos. El doctor Manguel no entiende, ni va a entender, que la pelea con la naturaleza ya está perdida. Y no olvidemos, por favor: la ciudad termina en el arrabal, adonde vamos con una joven amiga en cada brazo a decorarlo de tango en las noches en pedo, cuando allí luchan por comerse los unos a otros y lanzar carcajadas sin dientes y sin amor y sin nada. Sólo porque el mundo es redondo.
Se me preguntará: ¿hacia dónde me dirijo? Estimados lectores, una reflexión previa a modo de obertura: la disociación horrible que padecemos actualmente por el mero hecho de compararlo todo, de la acción y la reacción, es el viejo asunto de trabajadores manuales versus intelectuales. Pensemos en esto algún momento y, sin ánimo de poner a Nietzsche como ejemplo, recordemos su empecinado escarbar en la moral a la manera de los ríos perforando la roca viva. Y este escarbar, es cierto, se presentó dirigido al descubrimiento de un humanismo extremo o superhumanismo (aquí COMENZARIA nuestra banda sonora), pero…
Se me preguntará entonces por mis influencias literarias, por mis numerosas colaboraciones en opúsculos, por mi participación nada celebrada en cenáculos, mis días de café y mis discursos arriba de la mesa. Es entonces que, harto de andar para aquí y para allá colaborando en volantes y libelos, presento Destrucción, mi propio opúsculo anárquico individualista, por lo cual se entiende que seré el director, editor, redactor, impresor y distribuidor.
Destrucción comienza a publicar artículos sobre la cultura, el arte y la naturaleza sin perder su agenda de actualidad, es decir sin perder la crítica destructiva sobre obras de teatro, exposiciones de pintura y escultura que ocurren en nuestra ciudad e incluso, como novedad exclusiva, artículos de información sobre la vida y las reflexiones de los artistas, en pocas palabras, con amenidad y claridad. La amenidad no resta a una buena educación sino que, por el contrario, suma. Au revoir!

8 comments:

magu said...

muy lindo JNT
Saludos a ASTLLR

*** said...

FABULOSO!
ENERGÍA!
POTENCIA!
DESAFÍO y CORAJE!
sobre todo
LIBERTAD!
Voluntad de Liberación
rezuma este texto
esa intensidad Pasional
está carnalmente unida
a "Himno a Cero"
Para mi mente, para mis entrañas
estos textos son
Obras Maestras
Personajes Maestros
porque Tocan La Médula de lo Humano
por lo menos lo que de eso
hay en mí
Aleluya!!!
Bebamos mas vino!!!

*** said...

El video
es hermoso
hace poco lo había visto

Zeta said...

No lo hermano con Himno a Cero, jnt, pero es cierto, astllr, que sus primeras personas tienen una gran fuerza.

A mí me gustan mucho las primeras personas. Me cuesta abandonarlas, últimamente. También me gustan las segundas.

Lo que sí percibo, aunque entre brumas, es que está usted, astllr, embebido en literatura, está transformándose en literatura; cuando me permito un egoísmo discreto lo celebro, no lo voy a negar; pero vaya con ojo, más ahora que el soporte material es cuestionado y la electrónica es, si no efímera, al menos volátil, voluble, digamos, y los mismos bits que hoy mandoblan Destrucción, puede mañana destinarse a preservar una foto de Paul McCartney.

La linotipia ya no es lo que supo. Los verdaderos linotipos ocupaban una pieza en la propia casa del editor.

astllr said...

yo tampoco lo hermano mucho con el himno, el himno lo veo más como una necesidad y esto lo veo más como una secreción.

Sobre la literatura como forma de escribirse a uno mismo, es algo que constato cuando ya voy quedando escrito.

como sé que la literatura tiene mucho de maldito, he ahí mi críptico seudónimo, como un conjuro para una literatura que no pueda encontrar a su autor, para que no pueda escribirlo.

De todas maneras, la ficción se apoderará y ya veremos, en todo caso, feliz o infeliz el resultado, es siempre un camino de soledad y mucho silencio.

No llego a entender, z, la precaución por el lado de la escritura electrónica. Si puede ahondar, me interesa.

z said...

Uno no debe fiarse de la digitalización, astllr. Es un mal nefasto como la razón que no concibe ajustarse a su función, sino que aspira a ser el TODO. Ya destruyó la discografía, ya banalizó la fotografía, está haciendo algo que no sé qué es con la televisión. La realidad no es digital, el pensamiento no es digital, el placer no es digital. La digitalización es una mirada miope. Es un cadete que, camino a la imprenta, pierde folios, frases, pedazos de capítulos, pero no le importa porque no son lo importante.

astllr said...

jk, el video era parte de un corto de media hora, runaway, que puse hace como un año, pero ahora puse sólo la parte del banquete (para negros con mayordomos blancos)

z, las segundas personas son sin duda las más difíciles. Por lo que he leído a usted le salen bien.

Sobre lo que plantea de la escritura digital, qué decirle, es el gran dilema, ¿llamarnos a silencio? es posible que sea una respuesta digna, ¿pero a qué exactamente?

no creo que lo escrito en este mar de internet no sea otra botella al mar más efectiva que un impreso en papel. El tema es para qué escribir. Yo las pongo acá para que le gusten a alguien, el resto es un efecto secundario.

No me fío de la digitalización y posiblemente no me fío de nada. Pero me interesan las reacciones de los lectores frente a cosas que me interesa saber, que no sé qué son pero que se revelan en las conversaciones que aparecen en los comentarios.

Efectivamente, soy también un cliente premium de la vida real, no tengo cuentas en ninguna red social, me parecen la caída espiritual y mental de toda una generación, quizá de varias. El blog mantiene un cierto anacronismo muy bienvenido, porque a la escritura, como elemento expresivo y sensorial, le viene bien.

*** said...

superhumanismo!!!
la mierrrda AST
la roca de la moral

el anacronismo del blog, está muy bien
lo de las redes
es mas bien una suerte de
como decirlo
promiscua soledad por un lado
y por otro una vorágine de información abrumadora
que necesita disciplina
del criterio
para una absorción