Monday, November 17, 2008

Veinte minutos de terapia




—¿No lo acompañan al check in?
—No. Tengo que agarrar un carro porque se me caen las cosas, se me abre el bolso donde tengo todos los lentes. Sigo trayendo cosas que dejé en lo de mi hermana, todavía me queda una biblioteca entera y me compré LA LÁMPARA. Y la caja de LA LÁMPARA es como el envase de un misil, así que había un problema allí. Le mandé pintar mi nombre, todo bien. Pero iban a querer abrirla en el control. Previendo que iban a querer mirar adentro, llevaba una cinta pato y me había comprado una tijera. Después de que los tipos miraran, pensé, le pasaba la cinta, sellaba todo y les dejaba la tijera de regalo como diciendo “se la pueden meter en el ojete”. Hago el check in, todo bien, cierro la caja, le paso la cinta y cuando voy a sacar la tijera del bolsillo... ¡era una lapicera! ¡Me había olvidado de la tijera! Traté de cortar la cinta con los dientes, tirado en el piso, transpirando, la cinta pato es indestructible. Le pregunto por segunda vez a la tipa “¿No tenés nada para cortar?”. Me miró mal. Se ve que le partí el corazón a una mujer atrás mío, porque de repente aparece una mano con una lima de uñas de madera. Limé, corté como pude, quedaron unas moñas, tá, marchó LA LÁMPARA. Después tenía que evitar que me pasaran una película polaroid carísima por los rayos X. Les digo esto, me dicen que no, protesto, llaman a un tipo, viene y me dice: es muy simple, esto TIENE que pasar por los rayos, si querés llevarlo contigo lo abrimos o pasa por los rayos. Al final los pasé. No me dejaban llevar dos bolsas de mano, tuve que rogar, repetir por quinta vez que era fotógrafo y que el material que traía era carísimo. Y si la compañía se hacía responsable de lo que pudiera pasar. Con todas las vueltas me olvidé de pedir pasillo. Me tocó la ventanilla después de DOS asientos. No andaba ni la tele ni la música. El avión entró en una turbulencia desde que salió hasta que llegó a Buenos Aires. Doce horas de turbulencia.
—¡Doce horas…!
—Cuando llego a Uruguay me hacen pasar dos veces por los rayos! Bueno, llego y mi vieja no estaba. Así que me tomo un taxi. Y cuando voy a entrar a mi casa me encuentro con la puerta del apartamento abierta. Ladrones, pensé. Me recagué, no sabía si entrar o no. Al final entré. Me parecía que todo estaba como lo había dejado, no me podía acordar mucho. ¡Cuando me fui me olvidé de cerrar la puerta! El apartamento estuvo un mes y medio abierto y nadie se dio cuenta. Busco las llaves y no las encuentro. Busco y nada.
—¿Cómo abrió abajo?
—El portero. Me encuentro con dos cartas. En una me decían que tenía que presentarme en un juzgado por el choque del auto que tuve hace un año.
—¿Usted chocó?
—Me chocaron cuando estaba estacionado. Si no me presento esta semana, no sé. La otra carta era para decirme que no había ganado un premio, que lo había ganado un tipo que yo conozco y que me daban una mención y que me felicitaban. La puta que los parió.
—Se siente mal...
—Ya se me pasó. Estoy ahí sin saber mucho qué hacer, un poco como atontado. Me extrañaba que mi vieja no estuviera, pero con mi vieja nunca se sabe. Quería irme pero no encontraba las llaves, quería llamar a unos amigos, a mi novia…
—¿Ustedes no habían dejado?
—Sí, estando allá sí, pero como había vuelto… Al final me fumé un porro para ordenarme un poco la cabeza, tranquilizarme...
—¿Volvió a fumar?
—Me tranquiliza, me pone bien para ordenar las cosas. Empiezo a ordenar, suena el teléfono: era mi vieja. Estaba en un velorio. Empieza a insistir para que vaya para la casa de ellos, que era domingo, que mi viejo se iba a poner muy contento y que ordenara después. Yo no entendía por qué insistía tanto, y entonces me doy cuenta de que era el cumpleaños de mi viejo.
—Qué negación...
—Mi vieja es así.
—La suya
—¡Ah! Siempre me olvido de los cumpleaños. Los anoto en la agenda, pero me olvido de mirar la agenda. Mi vieja estaba como loca, porque se había muerto tía Poupée. “Se nos fue. Se nos fue”. “Pero mamá —le digo— tenía casi cien años”. “Por eso —me dijo— no llegó a los cien que era el sueño de todos”. Hasta pensaban hacerle una fiesta entre todos los sobrinos. La vieja ni se enteró. Una vida medio al pedo. La única que hablaba con ella era mi vieja.
—¿Cómo estaba?
—Ciega y sorda
—Su madre...
—Ah, la chocaron y le rompieron una luz de adelante. Estaba muy contrariada por lo que mi padre iba a decir. Pero seguía con lo de tía Poupée y cómo no había llegado a los cien. Y entró en un loop de tragedia familiar al que es muy propensa. En cada cumpleaños de mi viejo hace lo mismo, empieza a hablar de la familia y hay que darle bola. De ahí pasó a la situación del país, pero no como criticando. Porque jamás vio un noticiero ni leyó un diario. Le digo: “¡Pará de hablarme en inglés!”
—¿Le hablaba en inglés?
—Cuando está mal se pone a hablar en inglés. Y siguió hablando en inglés, que hay que vender la mitad del campo, que la situación es terrible, que yo no sé qué vamos a hacer. La pone muy mal la venta del campo, porque el campo para ella es todo, porque es ufóloga.
—¿Ufóloga?
—Ufóloga. Se juntan con un grupo de ufólogos una vez por mes para ir al campo de noche y mirar para arriba. Después se reúnen en una casa y meditan y entran en contacto telepático con seres del más allá.
—¿Extraterrestres?
—Si usted le dice a ella “extraterrestres” le puede retirar el saludo para siempre. Para ella son seres del “más allá”. Se juntan todos y cuando entran en contacto, aparentemente estos seres les dicen dónde hay puertas a otras dimensiones por las que pueden pasar y hablar con personas muertas. Entonces van buscando estas puertas de estancia en estancia. Nunca encuentran nada y mi vieja siempre dice que están más cerca. A veces se reúnen a meditar en la casa de mis viejos cuando mi viejo está de viaje, porque no los puede ni ver mi viejo, sobre todo a una, Graciela, una petisa medio líder. Mi vieja me contaba que viniendo del campo de noche había visto un ovni muy cerca flotando como a ras del suelo. Me lo decía con lágrimas en los ojos, pobre, que fue como un foco de algo que andaba de perfil, paralelo a ella, siguiéndola. Ella paró y apagó el auto. La luz se quedó ahí quieta y ella bajó. No hacía ningún ruido. Entonces intentó hacer contacto telepático. Dice que la luz como que la enfrentó y la iluminó y que sintió como un viento caliente y que entonces la luz se partió en dos y se fue una parte para cada lado y que ella se quedó ahí, sola y a oscuras. Dice que pudo hablar con ellos y que le dijeron que la puerta al más allá estaba cerrada por el momento y que yo andaba bien, que el que andaba mal era Fernando, cosa bastante obvia para todos. Bueno, cuando llegamos a casa estaba la empleada que había hecho la... la...
—¿La cena?
—Eso, la cena. Pero en casa esa palabra está prohibida por mi padre. Dice que es de pobre. Tampoco se dice rojo. Se dice colorado. ¿Usted sabía eso?
—La verdad que no.
—Bueno, la mujer estaba desesperada por irse. Mi viejo estaba con un vaso de whisky en la mano y miraba por la ventana al jardín y estaba todo apagado. Fernando drogándose por ahí. Y mi vieja que volvía a hablar de tía Poupée y de tía Poupée. Domingo de noche, triste, horrible. Comimos todos en silencio. Sólo interrumpía la vieja comentando sobre la tía. De repente mi viejo se calienta y empieza a gritar que estaba harto de escuchar de la familia de ella y que era el cumpleaños de él y que le había regalado otra corbata, que siempre le regalaba una corbata y lloraba de furia. Fue hasta la cocina y reventó el vaso de whisky contra la pileta, volaron los hielos, me asusté un poco. Después se fue a acostar y mi vieja se quedó un rato temblando, se tomó dos lexotán y se quedó ahí, medio ida, sentada en un sillón. Y después se durmió, con los ojos un poco abiertos, y yo me quedé sin saber qué hacer. Siempre es igual. ¿Para qué me llamó, digo yo?
—Bueno, era el cumpleaños de su padre. Quizás si usted se hubiera acordado, si hubiera ido directamente... ¿Usted qué hizo después?
—Me quedé un rato mirando por la ventana. Después prendí la tele otro rato y después, cuando vi que mi vieja seguía ahí, agarré la cámara que siempre llevo y le saqué fotos.
—¿A su madre?
—Sí
—¿No se sintió mal?
—No. La luz le daba de una manera rara. Y como además tenía los ojos medio abiertos... ella siempre duerme así. Me llevó un tiempo pero le hice un retrato. “Lexotán” se va a llamar.
—¿Qué va a decir cuando lo vea?
—No lo va a ver. Ella nunca vio una foto mía. Sabe que saco fotos pero para ella una foto mía y una foto carné son lo mismo. Después la llevé en brazos hasta el chesterfield y la dejé durmiendo.
—¡Ah!
—Cuando escuché que mi hermano entraba por la puerta de adelante, salí por atrás. No tenía ganas de verlo. Es como mi viejo, toma y se pone agresivo.
—Es una enfermedad de la familia...
—Al principio parece que no, porque está duro de pala y entonces parece lúcido. Pero al rato empieza como a retrucar todo lo que uno le dice y se empieza a sentir agredido. “Por qué me decís eso?” “¿Qué me querés decir?”. Estuvo preso por pegarle a las novias.
—¿Las novias?
—Si, siempre le pegaba a las novias. No entiendo como si ya lo conocían lo buscaban igual. Muy loco, muy loco Fernando. Una vez salió para una fiesta en el Carrasco Polo, se tomó un ácido y a las dos semanas apareció en San Diego, California. Él dice que no se acuerda cómo llegó. Lo último que recuerda es que estaba en Lieja y Santa Mónica y que empezaba a llover. Hubo que pedir colaboración internacional. Lo esposaron, lo incomunicaron y lo mandaron en un avión. Pero mi vieja confundió el día de llegada y el tipo tuvo que pasar otra noche en Jefatura, Migraciones, no sé.
—¿Qué hacía su hermano en San Diego?
—Según un testimonio parece que caminaba en pelotas por una autopista. Estaba todo lleno de arena y tenía una bandera argentina en la mano, así que suponemos que estuvo viendo las Olimpíadas de Los Angeles. Después de eso le quedó un tic nervioso que hace difícil la comunicación, porque él lo advierte y se pone más nervioso y más tic le da.
—¿No sigue tratándose?
—Se trata cuando ya no aguanta. Después de que lo echaron de la clínica...
—¡Qué cosa!
—Lo hicieron trabajar en una quinta y se descompensó más. De las fiestas del Carrasco Polo a plantar zapallos...
—A mucha gente le hace mucho bien la actividad en la granja, la vida al aire libre, sentirse útil...
—Salgo por la puerta de atrás y la perra, pobrecita, se me tira encima. Me pongo a jugar con ella. Es buena, no muerde ni a los ladrones. Mi hermano aparece, cómo andás, yo qué sé, sin mucho entusiasmo. Estaba gordo, hinchado. Olía mal, como de alcohol pero peor, como si hubiera estado encerrado por días. Le digo: “no viniste al cumpleaños”.
—Usted tampoco se acordaba.
—Yo no estaba en el país. ¡Recién llegaba! Él vive ahí, en la misma casa, no tiene nada que hacer, no trabaja, no estudia.
—¿Nunca hizo nada?
—Nunca terminó el liceo, no tiene voluntad. Pero bueno, se tomó muy mal que le dijera eso. “Con papá estamos peleados”, me dice, porque mi viejo no le prestaba más el auto. Él sólo quiere andar en el auto de mi viejo. El de mi vieja no lo usa porque dice que es de mujer, de puto. Y a mi hermano le gusta mucho picar en la rambla, meterse en los jardines, derrapar. Cuando no lo devuelve abollado hay que mandarlo a lavar.
—¿Es menor que usted?
—Dos años. El cuarto es el mismo que tenía a los 15 años. Lo mantiene igual. Es raro, porque a pesar de esa falta de voluntad que tiene, siempre tiene el cuarto ordenado, compra sus posters, limpia su colección de latas de cerveza... Bueno, el tic lo estaba matando. Me dijo que tenía que hablar conmigo. Subimos al cuarto y se puso a tomar pala, es increíble lo que toma. Y empezó a contarme. Que había tenido una relación “tormentosa” con una tipa mucho mayor que él. La mujer le había dado vuelta la cabeza como una media. La mujer era Graciela, la medium, la del grupo de ufólogos.
—No le puedo creer.
—Todo pasó a espaldas de mi madre. Una tarde en que estaba reunido el grupo de meditación, la enana hace como que va al baño. Pero entonces no, sube la escalera, entra en el cuarto de mi hermano, tranca la puerta y, literalmente, lo monta.
—¡No le puedo creer!
—Sí. A partir de ahí se empiezan a ver todos los días. Ella le hace la cabeza así nomás, muy fácilmente. Primero le dice que tiene poderes especiales, que es capaz de hablar con los muertos, de ver el futuro de la gente mirando el aura. Le dice que tirar las cartas y todo eso para ella es etapa superada. Le dice incluso que puede salir del cuerpo y que podía saber las vidas anteriores de las personas con un poco de concentración. A mi hermano le dijo que había sido un príncipe egipcio que había muerto por salvar a su amante de la crueldad de su marido, un rey poderoso y maligno. Después le dijo que ella misma había sido una reina egipcia y que estaba segura en un 98% de que se habían conocido en aquel momento. Ahora volvían a encontrarse en Montevideo y eso no resultaba increíble, porque el destino era así y estaban condenados a vivir juntos para siempre. Mi hermano se enamoró de ella y empezó a hacerle regalos carísimos, sacos, carteras, medias, todo guita que le afanaba a mi viejo. Un día le regaló Ilusiones de Richard Bach, que es lo único que leyó en su vida, con una dedicatoria: “Para mi princesa de Luxor”. Mantuvieron el noviazgo en secreto. Ella era como veinte años mayor y venía de una familia pobre. Por otro lado no había terminado de separarse del marido, un tipo que hacía mucha guita con una panadería y que de vez en cuando, decía, la cascaba. Le contaba muchos detalles de los castigos y le hacía juntar bronca a mi hermano. Y mi hermano lo fue odiando al panadero. Un día ella lo llamó por teléfono llorando y le dijo que le había pedido el divorcio y que el tipo se había enfurecido tanto que la cosió a cintazos, que estaba toda marcada en las piernas y en la espalda y que lo mejor era que no se vieran por unos días. Todo mentira. Pero mi hermano entró. Y decidió matarlo.
—¿Cómo?
—Ella le dijo que no podía vivir más así, que si él no se moría, ella se iba a matar. Y mi hermano, como es medio bobo...
—Pero...
—Él decide matarlo y se lo comunica a ella. Ella le dice que puede ver el futuro y que sabe que todo va a estar bien y que van a ser muy felices en una casa que adivinaba en San Rafael. Le dice que el marido va a estar solo en la casa esa misma noche y le da la llave de un ventanal. Mientras tanto mi hermano busca el revólver de mi viejo. Busca y busca pero no lo encuentra. Se le va la noche en eso y tiene que esperar una semana más. A la semana siguiente agarra un cuchillo de cortar carne y un pedazo de cuadril de la heladera y sale para la casa, en Malvín Norte, una casa con fondo. Cuando llega, salta el perro del vecino y mi hermano le tira el pedazo de carne y el perro se va moviendo la cola. Eso fue idea de ella también. Mi hermano se acerca al ventanal. Quiere ver al tipo desde afuera antes de entrar para estar seguro de que está y se queda esperando, recostado contra un árbol. Pero el tipo no aparece. Está la tele prendida, una pizza en la mesa, pero el tipo no aparece. Entonces ve que hay luz en una habitación de arriba. Y se trepa al árbol. Y entonces lo ve al panadero en el cuarto, en calzones, sentado en un costado de la cama. Y ve que el tipo está como mirando un punto en la pared. En un momento, el tipo levanta la mano y entre los dedos tiene el libro que mi hermano le había regalado a ella. El tipo deja caer el libro, se dobla hacia adelante y hunde la cabeza entre las manos, pobre, y ahí se queda veinte minutos, media hora. Mi hermano helado. Entonces se da cuenta de todo, pasmado como es. Se da cuenta de que el tipo es inofensivo completamente, que Graciela lo había usado a él para matar al marido y eventualmente casarse con él y acercarse al dinero de mi viejo. Se siente un asesino, un sicópata, y empieza a bajar de nuevo intentando no hacer ruido. Justo cuando está bajando observa que el hombre baja a su vez por la escalera de la casa. Queda paralizado, aferrado al tronco como una ardilla. Entonces lo ve al tipo entrar al living, acercarse al ventanal y mirar para afuera. Mi hermano cree que lo vio a él y está a punto de dejarse caer y decirle, sí, me entrego, perdonemé, los dos fuimos engañados... Pero el tipo no lo estaba mirando a él. No estaba mirando a nada. Y ve que se pone un revólver en la cabeza y dispara.
—¡No!
—Termina de bajar del árbol. Y yo no sé, pero creo que mi hermano tuvo un último destello de lucidez, porque abrió el ventanal (que estaba sin llave). No miró el cuerpo, subió hasta el cuarto y se llevó las famosas Ilusiones. Después limpió la llave, la puso del lado de adentro y se fue sin cerrar. Después se encontró con Graciela en Mendizábal y le dijo que había pasado todo como ella quería, que no hubo necesidad de matarlo porque el tipo se había pegado un tiro. Y que no quería verla más.
—Si me permite voy a abrir la ventana.
—En ese momento la mujer se transforma completamente. En medio del bar empieza a reírse con carcajadas diabólicas, se agarra a la mesa y empieza a temblar. Le salía una voz de hombre. “Nos vamos al infierno, nos vamos al infierno”, le decía, y eructaba. La tipa había planeado todo. Le iba a decir a la policía que mi hermano había matado al marido con el revólver de mi viejo. Le había afanado el revólver a mi viejo y se lo había puesto en lugar del suyo. Después salió del bar, completamente enajenada. Mi hermano la siguió un rato intentando calmarla pero cuando llegan a Avenida Italia ella empieza a gritar como si la estuvieran matando y ahí mi hermano se va corriendo para la casa. Y llega cuando yo estoy jugando con la perra.
—Pero digo yo, ¿no se dio cuenta el marido que le habían cambiado el arma?
—Se ve que no. O capaz que sí y no le importó. O capaz que le dieron más ganas de matarse todavía. La mente humana es un misterio. Creo que ella hizo todo lo posible para culparlo a mi hermano. Hacer el mayor daño posible. Y resultó. Al final encontraron huellas de las botas en la sangre del piso. Todo apuntaba a él. A todo esto eran las cinco y media de la madrugada y seguíamos hablando. En eso vemos por la ventana que estaciona un patrullero frente a casa. Mi hermano tira la merca al water. Cuando estaba pensando en salir por atrás, los tipos ya estaban tocando el timbre. Eran tres. Entonces le digo, “Fernando, vos no le hiciste nada a nadie. Que hayas querido matar a alguien no quiere decir que lo hayas intentado ni que lo hayas hecho”. En el caso de él era un poco confuso, yo entiendo, pero no lo habría hecho. Me abrazó y se puso a llorar. Después él mismo le abrió la puerta a los milicos. Se levantaron mis viejos, los vecinos. Todos en la calle aparecieron en menos de un minuto, chusmeando. “¿Qué pasó? ¿Qué pasó?”, gritaba la marciana de mi vieja. Los milicos le dijeron que Fernando estaba acusado de homicidio en primer grado. Mi viejo se volvió para adentro, los vecinos se fueron para la casa y mi vieja se quedó ahí llorando tirada en el porche. Y esas cosas curiosas ¿no? De repente viene la perra, mueve la cola, la huele a mi vieja y se va para atrás y sigue moviendo la cola, como si no pasara nada, como si todo fuera una película.
—¿Es una perra normal?
—No, es epiléptica.




38 comments:

*** said...

Salute, troesma.
Que campañón¡¡¡
Buenísimo.
Que personajes tan, naturales?, reales?, tan encontrables por ahí, son firmes, asibles, consistentes.
Esto hay que filmarlo.
Y la foto esa, de donde la saco?
Es una guinea o un faisán?
Altísimo punto.
Yo le pondría una dedicatoria tipo: Chupen giles¡¡¡ o
Tomá pa' vos y tu tía Gregoria¡

astllr said...

El pitucaje siempre es fácil de retratar. Creo que lo voy a nombrar mi crítico ofical, jk, como tabaré con la oficina de sepredi.

Me temo que el ave sea un ganso. Donde viví a principios de este año estaba lleno, al principio los odiaba, luego los imaginaba girando en un spiedo.

En realidad esa coloración aparece por abajo. Por afuera son unos bichos sin demasiado interés. A la semana, del cadáver sólo quedaban unas plumas.

*** said...

Es un Pavo.
Los gansos son blancos.

No crea que es obsecuencia.
Realmente me gusta, las imagenes se suceden a un ritmo por momentos vertiginoso. El aeropuerto, el apartamento abierto, el cumpleaños, el hermano en bolas en California (brutal), la madre ufólogo, el padre, la petisa montandolo, la cena, el tipo en el árbol, la policia.
Y todo enmarcado en la terapia, una joyita.
Si, lo del pitucaje es así, van de la tilinguería al existencialismo, en una mixtura de personajes muy rica.
Carrasco y Malvín Norte son lugares interesantes y sórdidos.
Y el oficio de fotógrafo, es todo un tema. Es una actividad fisgona, siempre esta como robando, apropiandose de algo. A la vez es reveladora.

astllr said...

En absoluto quise decir obsecuencia, nada más lejos de mi opinión sobre Ud, jk.

Blancos son los gansos blancos. Éste es el "canadian goose", en wikipedia hay una breve descripción y una ilustración reducida pero muy ajustada del ejemplar. Es cierto, es medio pato.

A Ud. le pareció un faisán por la cabeza azul. El azul no es de las plumas sino como de una piel, algo que no quise mirar mucho.

Malvín Norte es la excrecencia última del deterioro de la Unión, la zona olvidada, el agujero negro de Montevideo.

Creo que fue en ese barrio donde surgen en los cincuenta los primeros asentamientos. Es que era un barrio obrero y fue lo primero que se vino a pique.

Carrasco Norte es distinto, es el complejo de inferioridad del nuevo rico, que no le alcanzó para vivir en Carrasco Sur.

Anonymous said...

Alegró mi mañana.
Creo que lo mejor es volver a leer las dos primeras líneas, que completan su sentido después del final.

Anonymous said...

comparto lo dicho por junta y por sigmur

me encanto el detalle del tipo sacandole fotos a la madre dormida con los ansioliticos; hay algo silencioso ahi, como el tipo encontró una manera de sacar belleza de la deseperacion y el abandono de la vieja

maravillosos los comentarios del psicoterapeuta

también fue muy interesante la irrupcion de la petisa en modo exorcista (eructando y riéndose)

el hermano en USA con una bandera argentina (pensé que la iba a tener metida en el culo, como la avestruz proverbial de los campos de almeida)

no se si entendí el final; no importa, me dejó con la sensación de haber estado en contacto con alguna clase de verdad profunda, algo como apenas siniestro

*** said...

Para mí la petisa esa es algo del enano cadaverga. Si no es él mismo travestido. Que personaje!!

Las patas de ese animal no estan adaptadas para nadar. No puede ser un ganso. Estuve buscando en la web y llegué a la confirmación de que es un pavo. Quizás se trata de un pavo comun salvaje (Meleagris gallopavo silvestris)
http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Wild_Turkey-27527-2.jpg
o de un Pavo ocelado (Meleagris ocellata), aunque parece que es de zonas mas tropicales. http://es.wikipedia.org/wiki/Meleagris_ocellata
compruebelo ud. mismo.
Estoy dispuesto a jugar por un cajón de cerveza a que es algún pavo y no un ganso.

Lo de la cotorra es fabuloso.

Hice lo que planteó sigmur y es un buen descubrimiento. Quizás es un check in continuado, que no termina de terminar.

sokon pensé exactamente lo mismo sore la bandera y creo que As también, pero no lo puso porque era demasiado, pienso yo.

astllr said...

Sí, en la ficha ornitológica dice algo así como que no es muy seguro de que sea un ganso. Yo lo hacía más pato que pavo, todo el día en el agua. Los pavos vuelan? Queda el cajón pendiente.

El detalle de la bandera en el culo es gracioso pero inverosímil, aún si hubiera pasado en la realidad. El dato del flaco que termina en USA es deadevera.

Respecto al loop que propone sigmur... Pasa que el comienzo ése es el final de un fragmento inicial bastante largo, que no incluí aquí, donde se relata otra anécdota que le cuenta una pareja de amigos mientras lo llevan al aeropuerto. La anécdota es liviana, pero tomada taquigráficamente de un cuento real que me hizo un amigo (que incluye el check in).

La cotorra es un deus ex machina, recurso que me encanta. Pero en este caso se justifica porque es una anécdota que le sucedió al despistado abuelo de este amigo que me contó el fragmento inicial. Era un final que cerraba en alguna parte de mi cabeza.

sokon, qué es la avestruz proverbial de los campos de almeida? Temo sea una de esas preguntas que no deben hacerse.

astllr said...

Las petisas extremas y las enanas son mediums, es un clásico, seres desgraciados. En este caso el personaje lo tomé prestado de una enana medium de Confessions of a crap artist, una de mis novelas favoritas, del paranoico Phillip K. Dick. Excepcionalmente, no es una novela de ciencia ficción.

Anonymous said...

allá en los campos de almeida
donde relincha el peludo
salió una avestruz volando
con una FLOR en el culo

(un versito de truco que venía en guambia y que también conocían nuestros mayores antes de que nosotros fueramos mayores)

un capo phillip k.

conoce a fredric brown? a medio camino entre el humor y la ciencia ficción; sus cuentos 'los geezenstacks' y 'ven y enloquece' son referentes de primera línea para sokon (a brown y a clive barker los imito sin darme cuenta, y encima sin tener mucho éxito)

Anonymous said...

Muy buena historia, astllr.

¿Alguna vez se preguntó por qué la cinta pato se llama así? Yo sí, y llegué a la conclusión de que se debe a que "duct tape" se pronuncia exactamente igual que "duck tape".
Después algún traductor la embarró.

astllr said...

yo sabía, sokon, yo sabía.

cómo puede ser, sokon, cómo puede ser que yo no haya leído a fredric brown?

muchas gracias fer.

es que hay una duct tape de marca "Duck Tape" y el spanglish nos da estas alegrías.

Mis favoritas:

te llamo p'atrás.
(i call you back, también la escuché en Uruguay)

deliberar la grosería
(deliver the grocery)

culear en el rufo
(tomar el fresco (cool) en el techo)

Tomás Eastman said...

Interesante.
No es un pavo ni un ganso ya que no son pájaros. Y el texto es muy claro. un pájaro verde
Me tiro para la cotorra o alguna guacamaya perdida.
No dejo de sospechar de una mala descripción de un Ñacurutú, que sería lo más coherente con el ominoso clima que se vivía en la casa

astllr said...

Creo que la duda de jk refiere al pájaro de la foto, pero ya no estoy seguro de nada.

El pájaro verde es una cotorra porque lo dice el analista, y esto es palabra santa.

Esta confusión de aves suscitada es extensiva a la cinta pato también, curioso.

Hay maracanáes (guacamayas?) en el norte del país, Artigas principalmente, para los que dicen que son brasileros.

Y acá en el barrio está lleno de cotorras. Tengo la impresión de que hay cada vez más.

*** said...

Yo me refería al ave de la foto.
Son aves los patos, los gansos y los pavos.
En cuanto a si son de la categoría pájaro, bueno es discutible.
Todos vuelan.
He visto pavos apostados sobre postes de alambrados y los asustás y abren unas alas inmensas y hacen un vuelo cortito tipo la perdiz. Y para subir a dichos postes tambien usan sus alas.
El pavo emite un sonido cuya onomatopeya es dificil de escribir. En algunos comics, yo creo que Tintín en América, les ponen glú-glú y en Lucky Lucke también. Pero doy fé de que es un sonido mas complejo, mas sucio y estúpido, como una carcajada atragantada, mientras mueven el cogote, que se infla un poco y sacuden el pico para abajo (y por supuesto la especie de cresta babosa esa que les cuelga de la cabeza sobre todo a los machos).
Y que si uno les dice fuerte ¡pirú-pirú-pirú!, los tipos contestan con esa especie de risa estúpida.

En Artigas no hay pájaros en esta época, con el calor que hace se caen en pleno vuelo y se revientan contra el piso, que es en buena parte piedra, basalto (que coincidencia). O se quedan clavados en el pasto que es pura paja dura, o espina, a esta altura y con este sol de fuego.

Su barrio es un cotorrerío.
Esta lleno de chusmas, que barren las veredas y vigilan a los vecinos y después comentan entre ellas con malsano interés.

Ah, mañana paso a barrer la vereda, como hacemos los miercoles. Me parece que la de abajo tiene un amante. Y yo no creo que los pibes sean de él. Y pensar la cara de mosquita muerta que tiene. Y va a la iglesia todos los domingos.
Sí pero le tira mas el aerobic a esta calentona.

¿La cinta pato, no tendrá que ver con el pato donald?. Hace muchos años, cuando miraba al mundo con asombro, escuché una canción que se llama disco-duck y que cantaba el pato donald o su alter ego.

¿hay cotorras famosas?

astllr said...

La única cotorra famosa que me viene a la cabeza es el Cotorra Loca.

Sobre la de acá abajo, tiene toda la razón. Y el aerobic está dando excelentes resultados. Al que veo entrar mucho es al delivery de la farmacia.

Salvo el pavo humano, nunca vi un pavo, salvo en fotos. Creo que lo que le cuelga como una cresta es el famoso moco de pavo.

El glu glu que describe suena asqueroso.

Me dejó preocupado: ¿ya no mira más el mundo con asombro?

*** said...

No pueder ser que no haya visto un pavo, pavo. Vivo. Si, eso que le cuelga es el famosísimo "moco de pavo" (un "Deus ex machina" que funciona solo, naturalmente).
El glú-glú es irrisorio e irritante a la vez. Pero he pasado mas de un rato de aburrimiento infantil dialogando con él. Es increíble, porque uno les dice tres veces "pirú" y ellos contestan a coro(siempre andan en barra un macho y cuatro o cinco hembras)con cinco o seis "glú" con la misma cadencia. Creo que sería más bien un "gliú".
El macho es el que se "pavonea", abriendo o irguiendo las plumas de su "cola", como en un abanico (que no tiene la vanidad de la del pavo real, ni su colorido) creo que cuando se enoja o ve un peligro, o va a cortejar a la pava (calentarla).
Los pavitos son algo...

¿En que circunstancias se asoció a la cotorra con la vagina? No puedo imaginarlo.

Ya vé todavía me hago algunas preguntas asombrosas. Pero al mundo lo miro mas con horror y miedo.

astllr said...

La asociación entre vagina y cotorra está dada por el vocablo concha. Se dice cotorra para no decir concha.

A su vez concha se asocia a vagina no sólo por la forma "valvar" de la concha, sino por la curiosa similitud entre las palabraas valva y vulva.

Es decir que habría una asociación tanto visual como verbal entre valva y vulva. Y atención, verbal y visual empiezan con v corta, igual que vulvar, valvar y vaginal.

Yo apuntaría a la letra V como signo clave de la vagina. Y ya que digo clave pienso en clavar, y empezamos otra historia de nunca acabar...

Pienso también en la pava (que lleva v corta también) y me pregunta si la calentura de la pava no estará relacionada con la forma argentina de decir caldera.

Anonymous said...

como pasó?

mis queridos, ni pavo ni pollo ni cotorra, es un pájaro extraterrestre que vino de la luna, del lado oscuro de la luna (donde todos escuchan pink floyd, hay un acuerdo tácito entre esos pájaros)

ese pájaro fue el perdedor de una especie de justa, que es el
deporte nacional de los pájaros esos además tienen poderes telepáticos y les susurran sueños a los niños chiquitos; uno sabe cuando los pájaros lunáticos eso lo hicieron porque el niño chiquito se despierta llorando; afortunadamente la xenobiología enseña que hay menos pájaros de esos que niños humanos

aunque por su aspecto parecen pájaros, en realidad son seres multidimensionales más emparentados con la salamandra (la estufa pequeña)

es por ellos que las palabras vulva, valva y verga se escriben con vecorta, y también que verga a veces se escriba poronga; el legendario templo de la pluma verde se erigió hace muchísimos años en las montañas del tibet en honor a esta raza que aparentemente tenía tratos con los monjes de la región, a los que habían domesticados; la mayor evidencia son los trajes coloridos que usan, y la capacidad para controlar sus funciones vitales hasta sudar en el frío más extremo

los chinos quieren clonarlos y venderlos como relleno de galletitas: por eso invadieron el tibet y por eso trucaron las filmaciones de las olimpíadas -donde aparecían los pajaros extraterrestres cantando la canción inaugural con disfraces de niña gordita- y a todos los extranjeros que los vieron, los reemplazaron por chinos con máscaras de goma en la cara

esta raza fue la que les enseñó a los egipcios a construir pirámides

todo esto me lo comunicó en un sueño el espíritu de la petiza promiscua cazadora de ovnis

astllr said...

qué suerte, sokon, no sabe qué tranquilo me deja. Ahora entiendo porqué escuchaba una voz en la salamandra.

la verga es una colada en el mundo femenino. Poronga es más adecuado porque responde al masculino mundo de la P, entre los que se incluye a pájaro.

ultimamente se la ha denominado higo también, lo cual me deja sin palabras, pero no en vano la hache es muda.

Con respecto al pájaro lunar, evidentemente ha tenido una revelación, sokon. Quizá esto le permita distinguir a simple vista a un tibetano de un chino.

Yo había escuchado hablar algo de este pájaro. Olvidó un detalle importante y es su carácter fluorescente para volar en la oscuridad.

Como es un ave de rapiña, sólo se enciende cuando la víctima ya la tiene encima. Fíjese que todo esto ocurre en cámara lenta dada la escasa gravedad sobre el satélite.

Anonymous said...

que maravillosa frase: 'la verga es una colada en el mundo femenino'!

*** said...

Si muy buena frase.

Siguiendo el mundo de las aves, al apéndice reproductivo masculino tambien se le denomina "chingolo".
Podría haber sido loro, pero no.
Podría haber sido pavo, no solo x la pava caliente, si no porque asocio el momento del "gliú-gliú" en que el pavo parece estirarse y ponerse en puntas de pie (parece ser el momento en que el bicho es protagonista y en ello pone su alma) con los estertores finales del éxtasis del falo aludido, pero no.
Este giro pajaril parece un homenaje al bueno de Acuña de Figueroa y su magna obra "Apología del carajo". Aunque su fama se haya oscurecido por la letra del himno nacional.
Sarandí Cabrera, en cierta reedición de aquella obra, la une con una "Apología de la concha" (o similar) de su propia autoría. Obra por demás necesaria mas allá de su mérito literario.

En las aves domésticas pequeñas es muy dificil distinguir al macho de la hembra. Exige un gran entrenamiento y pericia en el arte de mirar las partes íntimas de los pollitos y distinguir en esas oscuridades la sutilísima lasca que los diferencia. En los grandes criaderos de pollos es una labor que se paga muy bien. Los mayores especialistas en el tema son coreanos. O serían Tibetanos.

Anonymous said...

notables apreciaciones sobre el chingolo et al, junta

me recordó que en las traducciones de bukowski al español, a la chagar también le llama ganso. por otro lado, en una traducción de catulo, le llaman 'el carajo'

cabe acotar catulo es el famoso poeta latino del que todos se reían en la escuela cuando pasaban la lista

*** said...

Catulo Castillo?

*** said...

A Angulo le pasaba lo mismo.

Anonymous said...

Diomedes Catulo

*** said...

http://www.csmonitor.com/photosoftheday/index.php?image=1&date=specials/turkey_day/
buena foto del rostro del pavo

astllr said...

gracias por la foto, jk, un animal realmente asqueroso. Confirmo que nunca he visto uno, aunque he comido alguno, precisamente en el día de acción de gracias, un día mucho más importante que la navidad. El pavo es como el pollo pero con menos gusto.

No sabía que Sarandy Cabrera había escrito una apología de la concha, me pondré en campaña para conseguirla. La Apología del Carajo es reeditada cada tanto, la última fue bajo el gobierno de Sanguinetti, si mal no recuerdo por su propio secretario (Zanocchi se llamaba?).

Debo agregar que la magna obra de Acuña de Figueroa se ha visto obscurecida no sólo por la creación del himno uruguayo sino también del paraguayo. Creo que hay toda una movida en Paraguay para hacer un himno nuevo 100% paraguaio.

Personalmente me parece un error de nuestros hermanos. Me siento realmente orgulloso de que el autor del himno se dedicara a componer cosas mucho más interesantes. Es como si supiéramos que Benedetti escribe novelitas porno, hablaría bien de él.

No debe haber tarea más desagradable que andar descubriéndole el sexo a los pollos.

Cuidado, no confundir, que Diomedes hay dos: D Catulo y D Pascual.

Agustin Acevedo Kanopa said...

astllr, recien hoy leo su post, porque anduve con un examen de psicolongüistica.

Le envidio por la forma en que confecciona los diálogos, hace tiempo que he tratado de llegar a algo tan natural y real como lo que escribió.
De hecho, mis personajes se estan bajoneando demasiado por su soledad, y el problema es que en vez de conseguirles una pareja -o al menos una persona que les haga compañia- me contento con ponerles un espejito del otro lado de la pecera, como se dice que funciona con los peces.

Con respecto a la vieja ufologa, le cuento que me hace recordar a Marta, esa veterana triste de su novela, con ese esposo boxeador que la tambien la casca de vez en cuando (y que de hecho mete al personaje principal en similares juegos perversos)

Mis suegros tuvieron un derrotero ufologo -algo que graciosamente pone muy incomoda a mi novia- e incluso llegaron a tener esas experiencias de verle el aura a la gente.
En realidad yo no puedo hablar mucho, si me agarre tremenda torticolis por pasar una noche mirando el cielo en la granja del Tona

astllr said...

gracias agustín.

Resulta que el asunto del diálogo siempre me obsesionó, tengo cuadernos enteros de diálogos levantados de conversaciones que estaban ocurriendo. Es un lindo ejercicio, es como sacar una foto de un momento, pero más divertido cuando lo leés al tiempo.

No vale pedir que repitan nada, y las cosas quedan donde quedan de acuerdo a nuestra velocidad de escritura.

No son diálogos demasiado literarios, pero me sirvieron para entender que en un diálogo, en mi opinión, no importa mucho quién dice qué, porque son dos cabezas que andan más rápido que una sola y que llegan juntas a una sola idea o concepto. Esto es importante: saber que en un diálogo la velocidad narrativa aumenta.

Por otra parte, esas transcripciones me sirvieron para entender también que las respuestas responden a lógicas completamente inesperadas y a veces una conversación toma por caminos secundarios que se abrieron en un momento y que se retoman.

Y cuando digo que no importa mucho quién dice qué, bueno, sí importa, pero en todo caso lo que va diciendo cada personaje debería ir caracterizando automáticamente a ese personaje. Y aunque es una opción que me ha sido criticada, trato de evitar el guión y el "dijo fulano", realmente me parece que molesta más de lo que ayuda.

Me acuerdo de ir en el metro de NY y ver que los mejicanos leen una novelitas de vaqueros y son páginas y páginas de escritura prácticamente vertical, más o menos así:

-le pegué un tiro al pinche cabrón
-bien hecho, se lo merece
-pues ahora que vas a hacer?

Repito: páginas y páginas así, un guión por línea.

Con respecto a la enana medium, está más lejos de este mundo que Marta, pero las dos vienen del mismo lado. El asunto es que me interesa el delirio místico.
Siempe pensé que podía ser una forma extrema de locura, como en el caso de Daniel Johnston, pero a veces me pregunto -sobre todo después de ver el documental El Círculo- si no será al revés, es decir el delirio místico como un clavo ardiendo de cordura para no caer en el infierno más completo. Ud. me dirá, agustín.

Sobre ufólogos, bueno, con suegros ufólogos tiene mucho para escribir, tiene suerte.

Una vez escuché en uno de esos programas nocturnos maravillosos que uno ve EL OVNI, pongamos una estrella más brillante, y entonces se concentra telepáticamente y le dice "movete a la derecha" y la luz va para ahí, completamente rídículo.

ps: Un ejemplo, una lección de diálogo perfecto es toda Franny and Zooey.

Agustin Acevedo Kanopa said...

De hecho, desde que he estado laburando en el Vilardebó, te podría decir que el delirio es exactamente eso.
Es media jodida la postura de ciertos psiquiatras -y de ciertos psicologos, a no joder que muchas veces la unica diferencia radica en usar o no usar una tunica- al considerar como necesario fomentar el "polo adaptativo" del paciente, a fuerza de intentar borrarle su delirio. El tema es que, justamente, el delirio es lo unico que tiene el psicotico, y cuando se lo quita, se queda sin absolutamente nada, muchas veces enfrentandose a la infernal dimension de lo Real (no "la realidad"). Precisamente, no es sopresa que toda psicosis que se estabiliza -y, por lo tanto, se cronifica- siempre (o casi siempre) hace recaer el peso de su existencia sobre una fuerza superior que mueva por ellos las fichas (puede ser Dios, el Diablo, o Tabaré Vazquez, que mete sondas telepaticas en el culo, y cosas por el estilo -posta) de un tablero que de no existir, ellos tratan de construirlo a su manera. A veces, el hilado es tan fino que el delirio se estructura de una manera completamente plausible, como en el caso de los paranoicos, que puede ser la muestra mas diafana de una "locura razonante".
En la mayoria de los casos, el delirio es una estrategia vital de caracter imprescindible

Todo esto lo dice mucho mejor Darnauchans en el libro de entrevistas que salio este año.
El entrevistador habla del jodido periodo de la dictadura, en que se lo acusaba incluso de haber ido a Moscu y pertenecer a la Stasi -algo completamente absurdo-, y el Darno en una sale con esta genialidad:

"Vamos a establecer una diferencia entre lo que es irreal, y lo que la realidad genera en uno mismo. Es trazar una diagonal, una fuga de escape de la realidad. En mi caso de manera fortuita asocié conocimientos de alquimia y de la kabala -ya que al ser un lector de Borges y de la literatura medieval, basicamente aunque no fuera desde un punto de la credulidad y de la fe en eso- aparecian siempre esos tópicos (...) En lugar de tomarte una aspirina de Saturno que te pegue en la cabeza para zafar de la realidad, combinas todo eso en una especie de coctelera y, obviamente, te piantás. Llegás al delirio místico. Yo no tenia nada. Vivía en una pension, en una pensión de dos por dos. Todas las expectativas que tenía, y que no eran económicas, sino que pasaban por el campo del arte y ls afectos, no aparecían. Y encima tenía las botas de la represión. Vaya si sería adversa la realidad; por eso es que uno elige esa especie de paracaidismo al reves. Esto a nivel inconsciente. Creo que si no hubiera tomado esa diagonal de la realidad hubiera enloquecido de verdad, hubiera ejercido la paranoia desde un punto de vista real"

Anonymous said...

'Tabaré Vazquez me mete sondas telepáticas por el culo' es una frase maravillosa

astllr said...

Sí, eso es lo que me interesa del delirio místico, esa imposibilidad por determinar cualquier asunto que no sea por cuestiones externas, es decir que el tipo como tal está frito.

No sólo no decide, sino que su repertorio de lo pensable está dado por lo que cree que es sobrenatural, como que crea un mundo exterior para darle sentido a lo que piensa, como una construcción extra para poder apuntalar un pensamiento, agotador.

Muy buena es la cita de Darnauchans, era un tipo muy inteligente y muy lúcido que se comió más de un garrón. De algún modo él dice algo que suena paradójico pero que tiene total sentido, se vuelve loco (se pianta) para no volverse loco de verdad.

Sí, la imagen de TV es tremenda. A decir verdad, a mí me pasa algo parecido, también siento que TV me metió una sonda telepática en el orto, hace un tiempo ya. Me alegra no ser el único!

Agustin Acevedo Kanopa said...

Bueno, incluso, Lacan dice que el mismo razonamiento hipotetico deductivo es un mecanismo paranoico, que no es verdadero, sino apenas mas verosimil que la mayoria de los otros delirios.

A mi lo que me fascino del testimonio de Darnauchans es lo del "paracaidas al reves". Realmente, es una imagen muy poderosa.

Con respecto a Tabare Vazquez, de hecho, hay bastantes casos dentro del Vilardebo que estructuran el delirio alrededor de su figura. Hay uno que dice que por cumplir 33 años, exige que Tabare Vezquez le entregue -como corresponde- la bandera de los 33 orientales -siempre te pide plata para llamar por telefono publico, para hacer los tramites. Hay alguna que otra vieja con delirios erotomaniacos -que tiene el tab que le gusta tanto a las viejas-, e incluso por fuera del Vilardebo, el otro dia un amigo salio con una mina que le conto que desde chica sintio que debia trabajar para Jorge Batlle (le enviaba mensajes telepáticos a través de la tv). De hecho, cuando era chica y le pedian que dibujara a su familia, dibujaba a los cuatro que la conformaban, mas Jorge Batlle. Ahora es edil.

astllr said...

Según entiendo, Lacan habla desde la crítica a toda representación (lingüística?). Para el postestructuralismo todo es una construcción, según entiendo, con mayores o menores grados de naturalización, donde el pensamiento deductivo estaría más naturalizado y el delirio místico menos.

Deleuze (creo que paciente de Lacan}, habla de algo parecido, es decir que cualquier tipo de asociación (para el caso nuestro, la causalidad, es decir que sucede esto por aquello) es una regla de la imaginación. Y sucede que hay reglas que han fijado o hecho más "naturales" ciertos procedimientos.

Con respecto al delirio místico con figuras políticas, me había quedado pensando después de responderle. Por lo que veo, siempre se trata de figuras de autoridad (ya que estamos con Lacan, padres).

Y por lo que he visto de los delirios místicos finamente elaborados, Santa Teresa, Loyola, San Juan o la misma Sor Juana, el camino místico los lleva a una expansión o trascendencia del cuerpo con el cuerpo de todos o con el cuerpo de Dios. Es decir que se trata de una experiencia mucho más liberadora que la necesidad de idealizar una figura autoritaria para darle sentido o solidez a la fragilidad del mundo en el que vive.

Sólo quiero decir que puede haber delirios místicos como caminos opcionales no necesariamente vinculados a la necesidad de zafar, como en los casos de Darnauchans o Engler. Simplemente lo veo como un recurso más de la imaginación que quizá, por su falta de exploración y naturalización se puede volver un camino más peligroso, como podría ser el de las drogas.

Tener delirios místicos con Tabaré Vázquez o Jorge Batlle está jodido, no parece provenir de una inquietud sino de una necesidad desesperada. Yo creo que habría que detectar a esta gente y convencerlos de formar una agrupación política, "Los místicos de Jorge", o algo así. Luego convencer a Jorge de sacarse los lentes, ponerse una túnica colorada y hacer una especie de via crucis por 18, con alguna comparsa umbandista.

astllr said...

Una anécdota de locura y delirio místico.

Montevideo 1991-2. Voy a un terreiro a acompañar a una MM. Paso Molino a media cuadra de Agraciada. Corredor al fondo, patio que se abre, una sala de espera repleta, cuarto gigante con las paredes tapadas de imágenes donde la mae resuelve cada problema a la vista de todos.

Por suerte somos los últimos, así que estamos ahí como tres horas, hasta que se hace la noche, viendo cómo la mujer esta les agarra la frente a los tipos, les dice cosas sobre enfermedades, frotarse estoy y aquello, no me acuerdo mucho.

Pero lo que más me acuerdo es que todo el tiempo, mientras todos los pacientes desfilaban, había una mujer chiquita que andaba arrastrándose por toda la pieza y gritaba con voz de hombre. La mae decía cada tanto, diablo hijo de puta, pudrite en el infierno, y la mujer (o el espiritu que la habitaba) la insultaba a la mae y se arrastraba para atacarla y la mae que la agarraba de los pelos y le pegaba patadas en los costados y en el orto bastante salvajemente y la otra que gritba y se retorcía como un basilisco.

Mientras había mucha gente no había problemas, pero al final nos ibamos quedando solos con estas dos criaturas y por suerte, en un momento, la chiquita como que entra a largar unos espumarajos por la boca y se queda tirada por ahí.

Al rato se levanta, se para, se alisa la pollera y con una voz completamente normal le dice a la mae, bueno Graciela, nos vemos, chau mija, le dice la otra. Y la pobre mujer, con machucones en la cara, agarra una chismosa y sale a la calle a hacer los mandados.

Y yo pensé, qué mejor forma de sobrellevar una esquizofrenia que darse una vueltita por el terreiro.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Deleuze comparte algunos aspectos con Lacan, pero es más radical en su combate a la representación. Es precisamente la representación uno de los puntos que ataca del psicoanálisis: el hecho de haber convertido al inconsciente en una especie de teatro griego donde se ponen en escena y libran luchas las representaciones (igual, es una critica mas a los postfreudianos que a los lacanianos). Mientras que a Lacan los registros Simbolico, Real e Imaginario se anudan -o no- en una parte, el ideal deleuziano es el del cuerpo sin organos. Deleuze escapa justamente al nudo neurotico, que en definitiva, desde nuestras convenciones sociales, no es otra cosa que un elogio a la locura.

El tema de los delirios es bastante complejo. Precisamente, los psicoticos suelen buscar la figura de autoridad como una forma de taponear una ley simbolica que nunca estuvo. Igual, compañeros de facultad me han contado de delirios erotomaniacos con Cecilia Bonino, que no es precisamente el fuhrer o Peron.

astllr said...

Bueno, agustín, me hizo volver al Anti-Edipo y estoy más que absorto porque me parece mucho más claro que la primera vez que lo leí, no hace tanto.

No entiendo la crítica al poestestructuralismo, no entiendo por qué se los entiende como una paja intelectual. Para mí son tipos que se esfuerzan permanentemente en ser claros y precisos, enormemente preocupados por la expresión, todo el tiempo preocupados por ser honestos.

Delirios erotomaníacos con Cecilia Bonino. La magia de la tele.